La víctima, de cerca de 22 años y estudiante de Agronomía de la Universidad de la Frontera, fue muerto cuando el grupo parte de la comunidad Yupeco-Vilcún, que integraba, ingresó a la actual propiedad del empresario Jorge Luchsinger.
Los comuneros se niegan a entregar el cadáver por temor a que las evidencias que incriminarían a efectivos de Fuerzas Especiales puedan ser alteradas en la investigación oficial, como a ocurrido en otras oportunidades.
Poco antes del mediodía, en La Moneda, el subsecretario del Interior, Felipe Harboe, volvió a evitar la confirmación de la muerte, ante la ausencia del cadáver en manos de personal policial.
En ese sentido, reiteró el rechazo del gobierno neoliberal autoritario y que gobierna con la Constitución fascistas de Pinochet, a la decisión de los comuneros de exigir un ente externo mediador, como la Iglesia Católica, para devolver el cuerpo e iniciar la investigación en torno del crimen cometido por la policía militarizada chilena.
En tanto, el general (s) de Carabineros de la Octava Zona (Bío Bío), el fascista Coronel Oscar Medina, determinó medidas de seguridad especiales para todas las reparticiones de esa institución en la Provincia de Arauco, otro de los puntos neurálgicos del conflicto mapuche por tierras.
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