El golpista opositor venezolano Juan Guaidó logró que doce países con gobiernos de derecha dieran el miércoles un primer paso en la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), una especie de OTAN latinoamericana que llama abrir la puerta a una intervención militar en Venezuela. Se trata de un nuevo movimiento de Guaidó y la oposición venezolana para presionar a los países de la OEA, para poner fin al gobierno bolivariano encabezado por la figura del jefe de Estado de Venezuela, Nicolás Maduro.
Ante la crisis de
Venezuela, la seudo democracia chilena encabezada por el estafador de bancos e
imputado por corrupción el empresario y
mandatario chileno, Sebastián Piñera, ha resuelto apoyar vía TIAR, la intervención militar directa o encubierta de los Estados
Unidos en el país.
Es lo que se
desprende de la reunión de cancilleres de la
OEA, organismo clon para la defensa de los intereses geopolíticos de Estados Unidos en Latinoamérica.
La decisión del TIAR en la región, fue respaldada por Argentina, Brasil,
Colombia, El Salvador, EE. UU. Guatemala, Haití,
Honduras, Paraguay, Chile y República
Dominicana, prototipo de países títeres de los Estados Unidos y
compuestos esencialmente por gobiernos de derecha y extrema derecha (Brasil),
afines con las políticas intervencionistas de
los Estados Unidos en la región.
Se abstuvieron de no participara en los intentos desestabilizadores
y antidemocráticos, países como Trinidad y Tobago, Uruguay,
Costa Rica, Panamá y Perú, al margen de la ausencia de Bahamas.
El TIAR que es un organismo creado por iniciativa
estadounidense, también es
conocido como el Tratado de Rio, para la defensa común de los interese económicos de
las oligarquías locales y para mantener
gobiernos afines a las políticas
de Estados Unidos y garantizar así la
seguridad de los intereses geopolíticos norteamericano
de los EE.UU. en América latina, busca exacerbar al
máximo los intentos a cualquier costo
por poner fin a la revolución
bolivariana.
La resolución de
intervención militar del TIAR en los
asuntos internos de Venezuela, implica en una primera instancia sanciones económicas, sabotajes a las comunicaciones
de todo tipo, rompimiento de relaciones diplomáticas,
todo tipo de bloqueos y embargos y la intervención
militar final, donde participarían miembros
de las Fuerzas Armadas de los países que
apoyan la decisión de intervención militar, entre ellos Chile y
encabezada y dirigida por los Estados Unidos.
Ahora, independientemente de las declaraciones vertidas por
el canciller chileno Teodoro Ribera a la
prensa, lo cierto es que Chile apoyo y firmo la opción militar por fuerzas extranjeras en territorio venezolano,
así quedó
establecido en la declaración final
del Consejo Permanente de la OEA, en donde no se ponen los reparos que presuntamente
tendría Chile, ante el uso de la
fuerza en Venezuela, decisión además que ya está tomada por los pistoleros de la Casa Blanca.
De acuerdo con las informaciones de prensa del país del cono sur latinoamericano, Chile
estuvo representado por el embajador ante la OEA, Hernán
Salinas. El que votó a
favor de la intervención militar,
junto a otros 11 países miembros del TIAR.
Cabe destacar además que
la votación de Chile en la OEA se realizó bajo el completo desconocimiento del
Parlamento chileno, manifestando así el
gobierno del empresario derechista Sebastián Piñera, un desprecio
absoluto por la democracia, que dice suele defender.
Una vez más la
imagen de Chile, ante la comunidad internacional ha quedado seriamente afectada
por la decisión del pinochetismo (Chile
Vamos) de apoyar en la OEA, una solución antidemocrática a la crisis que vive Venezuela y que en términos generales ha sido creada por
la corrupta derecha venezolana, con el apoyo del gobierno de Trump y que se pelean
a rabiar por los dólares de la conspiración contra el gobierno de Maduro.
Además de
acuerdo con informaciones anónimas procedentes
de las fuerzas armadas colombianas, el TIAR con asesores del Comando Sur y la CIA,
está conformando un Ejercito con
desertores de las fuerzas armadas venezolanas, mercenarios, paramilitares
colombianos y elementos criminales ligados al narcotráfico, para comenzar las primeras escaramuzas militares
contra Venezuela.
Como es de público conocimiento,
Chile ha jugado un papel activo a través del
Grupo Lima, en lo que ha sido la conspiración y los
intentos desestabilizadores de la democracia venezolana, patrocinada por el
gobierno de Trump.
Lo concreto y real es que Chile ha decidido poyar el
derramamiento de sangre en el país caribeño, así Chile ratifica una vez más su permanente
compromiso con los intentos desestabilizadores de Venezuela, con el apoyo de la
mayor parte de los gobiernos títeres de derecha que campean hoy en la región.
Lo cierto es que
cualquiera se la situación de como se desarrollen los acontecimientos en el país caribeño, los Estados Unidos, el gobierno de
Trump y sus títeres latinoamericanos representados
por el grupo de Lima y todos aquellos que firmaron la resolución de intervención militar, serán los grandes responsables del baño de sangre que desate EE.UU. de forma directa o encubierta,
vía golpe de estado, guerra civil o intervención militar directa.
Finalmente cabe
destacar la posición adoptada por México, que sostuvo que invocar el TIAR es un “precedente peligroso para la
democracia”. A juicio de la Cancillería mexicana, invocar un tratado que "intrínsecamente supone la posibilidad del
uso de la fuerza, cuando no existe un ataque armado, es contrario a las reglas
de derecho internacional que se refieren al uso de la fuerza".
Por Eduardo Andrade Bone AIP/MP
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