En el país del cono sur latinoamericano desde ya hace varias décadas que no existe el pluralismo democrático en lo que respecta al trabajo periódistico. Es más el Estado chileno y los gobiernos de turno, vía avisajes publicitarios se han dedicado a sostener a la prensa golpista y de extrema derecha, representadas por la cadena El Mercurio y Copesa, cuestión que también suele ocurrir en el ámbito de la radioteléfonia que en su mayor parte se encuentra en manos de cadenas nacionales o extranjeras del capital criollo como trasnacional. En este plano como en otros Chile sigue siendo una democracia fallida, que sobrevive con las leyes que emenaron de la dictadura de Pinochet, y por lo tanto son todas ilégitimas, y no representan la auténtica soberanía nacional.
Gran honor: Chile es el único país que no tiene en su agenda la democratización de las comunicaciones.
Poniendo un ojo crítico en el retraso que tiene Chile en el tratamiento informativo relativo a la concentración de los medios, el investigador argentino Martín Becerra señaló que "uno de los países en los que este tema no está en la agenda pública" es el nuestro.
Para analizar.
Martín Becerra es investigador, profesor universitario y periodista argentino. De paso por Chile, expuso su visión sobre la fuerte concentración de la propiedad de medios de comunicación en toda América Latina y la forma en que influye en la vida democrática de los pueblos.
Tomando en cuenta que en los últimos años varios países de la región han intentado establecer nuevos marcos regulatorios tendientes a lograr el pluralismo y la diversidad, el analista asegura que mientras más visiones de mundo existan en la prensa más se puede avanzar en el progreso y el desarrollo del pensamiento y la cultura.
De esto y más se refirió el trasandino en la conferencia "Democratización de las comunicaciones: Nuevos escenarios en América Latina y desafíos para Chile", donde compartió panel con Javiera Olivares, presidenta del Colegio de Periodistas de Chile; María Pía Matta, presidenta de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (Amarc), y Bet Gerber, de la fundación Friedrich Ebert, principal organizador de la velada.
Controversias públicas... menos en Chile
Poniendo un ojo crítico en el retraso que tiene Chile en el tratamiento informativo relativo a la concentración de los medios,
Becerra comentó en diálogo con Cambio21 que "la democratización de las comunicaciones tiene velocidades distintas en Latinoamérica y diferentes compromisos en las agendas públicas de los países".
"En algunos estados se debate mucho y hay regulaciones legales y leyes que tienen como objetivo disminuir la concentración de la propiedad de los sistemas de medios. Otra cosa es preguntarse si son eficaces en concebir la meta, pero por lo menos tratan de que sea política pública. En otros, aparte de la regulación, se discute acerca de la línea editorial de los medios y en otros se dan controversias intensas entre grandes grupos de medios y los gobiernos, como por ejemplo Brasil, pero donde no se adoptaron medidas y la agenda legislativa no asumió ese conflicto como parte de la actividad estatal...
Y hay países en los que este tema no está en la agenda pública. Chile es uno de ellos", explicó.
"En ese sentido, es una buena pregunta, pero son ustedes los chilenos los que tienen que responderla y entregar las causas por las cuales no aparece como un asunto importante en la agenda", criticó.
El experto aseveró que se no trata de un asunto cultural y que "no hay dudas de que la influencia de los grandes grupos mediáticos tiende a debilitar la aparición en la agenda del potencial cambio del statu quo, porque resulta que la regulación de una propuesta mediática que esteblezca un nuevo orden equivale a romper con el statu quo o, por lo menos, quiere modificarla en algo".
"Pero, ojo, eso no es sólo responsabilidad de los grupos mediáticos", aclaró Becerra. En su opinión, "también hay una culpa de los estamentos políticos y de los gobiernos. No es casual que en distintos países en los que sí se han adoptado nuevas leyes, en la mayoría de los casos no en todos, lo que desembocó fue crisis políticas profundas que los gobiernos leyeron e interpretaron que se debían -en parte- a la actividad opositora, agresiva de grandes grupos de medios".
"Los gobiernos dijeros: ¡Ah! Hemos tenido esta crisis, estos han sido partícipes de la producción de esta crisis y una forma de conjurar futuras crisis consiste justamente en disminuir los niveles de influencia que tienen estos grandes grupos económicos y mediáticos. Por esto podríamos explicar por qué Rafael Correa (presidente de Ecuador) dictó una ley de comunicaciones y Cristina Fernández (mandataria argentina) hizo la ley de medios", agregó.
"La pregunta fundamental que hay que hacerse -concluyó- es solamente una: qué pasa con esas leyes, se aplican, no se aplican. El adoptar leyes parece ser necesario, pero no suficiente para equilibrar la concentración".
"Si uno tuviera que hacer una evaluación en los lados en los que aplicaron este tipo de legislaciones, ¿disminuyó el porcentaje de concentración? La respuesta nos traería cosas algo problemáticas", remató el docente.
Agencias Prensa C21 AIP EAB PM RMP
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