presente crisis mundial. De China a Chile las bolsas de valores se han
derrumbado en la peor jornada desde la caída de las torres gemelas el 11
de septiembre del 2001. Sólo Wall Street se ha salvado hasta el martes,
por feriado legal. Las pérdidas de los fondos de pensiones chilenos han
superado ya los diez mil millones de dólares. Ello significa que hasta
el momento, las expectativas de pensiones de todos los afiliados a las
AFP se han reducido en un 10% respeto de su valor al precipitarse la
crisis, en julio del 2007. Las autoridades han hecho oídos sordos a las
reiteradas advertencias al respecto. No han intervenido para poner a
resguardo los fondos de los afiliados. Al contrario, junto a las AFP
continuaron estimulando su traspaso masivo al fondo más riesgoso.
Cedieron a las presiones de estas últimas para sacar todavía más recursos al extranjero. Ha llegado el momento que los afiliados tomen cartas en al asunto. Sin más demora.
Como venía presagiando la principal prensa financiera mundial (ver por ejemplo el /Financial Times/
Las bolsas asiáticas, encabezadas por Japón y China, cayeron -3,9% y más de -5,5%, respectivamente. Un tsunami barrió toda Europa, que en promedio cayó más de un -5,7% (MSCI-Barra), encabezada por España, que se precipitó -7,77%. La ola llegó hasta América Latina, con el pinchazo del globo brasileño que se desinfló más de un -6,3% y la continuada caída de Chile, que sumó otro -4,97% a las pérdidas de casi un -10% de
la semana precedente. Sólo Martin Luther King pudo salvar momentáneamente de la avalancha a Wall Street, cerrado el lunes por el feriado legal en su honor. Lamentablemente, el respiro sólo dura hasta el martes.
Esta verdadera catástrofe se suma a las sostenidas pérdidas que venían experimentando a lo largo de las primeras semanas del 2008. Antes del "lunes negro," el índice mundial MSCI-Barra medido en Euros hasta el
viernes 18 de enero, había perdido -9,53% en las primeras tres semanas. Se esfumaron las grandes ganancias logradas en la primera mitad del 2007 y acumulaba una pérdida de -14,4% en 12 meses. En los mismos períodos, EE.UU. había perdido -9.9% y -17,78%, respectivamente. Los mercados emergentes también venían desinflándose, sin embargo, hasta ese momento todavía se mantenían en terreno positivo respecto de un año atrás.
El índice MSCI-Barra de mercados emergentes, medido asimismo en Euros, mostraba una caída de -8,8% para los primeros 18 días del año, sin embargo, todavía mantenía una ganancia de 12,18% en doce meses. La mitad de ésta se esfumaría el "lunes negro." La bolsa chilena, medida asimismo en Euros, acumulaba pérdidas de -12,45% los primeros 18 días del 2008, y -7,56% en doce meses.
Como señalan los medios citados, las bolsas están descontando por anticipado lo que asumen ya casi como una certeza: una recesión en los EE.UU. y a lo muy menos un frenazo severo de la economía mundial.
La crisis financiera amenaza con saltar del mercado relativamente contenido de las hipotecas de vivienda, a las tarjetas de crédito y préstamos automotrices, que tienen en conjunto dimensiones similares al
primero. Sin embargo, la misma alquimia financiera cuyo espejismo se esfumó en las hipotecas, se ha utilizado en el mercado de los créditos a empresas, cuyas dimensiones superan los anteriores en un orden de
magnitud. El derrumbe del mercado hipotecario se han traducido hasta el momento en provisiones de pérdidas bancarias por más de cien mil
millones de dólares, cifra equivalente a dos tercios del producto interno bruto (PIB) de Chile. Se estima que el monto total de esas pérdidas alcanzarán a tres o cuatro veces esa cifra, y otro tanto se estima para los otros préstamos de consumo. Sin embargo, el sólo mercado de aseguramiento de créditos a empresas alcanza a 45 billones de dólares, es decir, ¡tres veces el PIB de los EE.UU.! De este modo, las pérdidas actuales pueden llegar a parecer pequeñas a medida que la crisis se extienda a este mercado, como todo augura que lo hará.
De este modo, tal como habían venido advirtiendo, lo que se inició como una crisis crediticia provocada por la implosión de la burbuja hipotecaria estadounidense, se ha extendido al conjunto de los mercados financieros y a la economía real de los EE.UU., desde donde amenaza arrastrar a toda la economía mundial.
La intervención de las autoridades financieras mundiales ha sido inmediata y masiva. Sólo para asegurar liquidez han inyectado hasta el momento más de un billón de dólares! en dinero. Sin embargo, su margen
de maniobra está constreñido por las dimensiones de la crisis y la magnitud de los desequilibrios acumulados a lo largo de muchos años. El "lunes negro" se precipitó inmediatamente después que Bush anunciara, el
viernes 18, un paquete de ayuda fiscal de 140.000 millones de dólares, equivalente al 1% del PIB estadounidense. ¡Los mercados financieros no le creyeron!
Sin duda el mundo no se va a venir abajo. El capitalismo va a sobrevivir esta crisis mundial, como lo ha hecho con las treinta o más que le han precedido desde 1825. Sin embargo, como profetizara Eric Hobsbawm
durante su visita a Chile en 1998, lo que no va a sobrevivir esta crisis es la locura que el mercado por si solo es capaz de garantizar el desarrollo equilibrado de la economía mundial. Sin duda, habrá muchos cambios y mucha mayor regulación. El Neoliberalismo salvaje volverá a guardarse en el obscuro cajón desde donde nunca debió salir.
Del mismo modo, el actual sistema de pensiones chileno no sobrevivirá a la crisis actual. No al menos sin cambios de fondo. Los chilenos de todos los colores políticos comprenderán que no es posible dejar las
pensiones entregadas por entero a la incertidumbre de los vaivenes de los mercados financieros. No aceptarán más que el flujo de las cotizaciones previsionales, seguro, establemente creciente incluso durante las recesiones, y suficiente para pagar pensiones dignas, secontinúe desviando hacia la voracidad insaciable de las AFP y sus compañías de seguros, y el resto prestado a un puñado de grandes conglomerados que lo luego lo pierden en especulaciones.
Eso llegará, al cabo de un tiempo. Del mismo modo que ya se ha logrado, al menos, que el Estado asuma hacia el futuro las pensiones de la mayoría de menores ingresos que simplemente quedaba al margen de todo beneficio de las AFP.
Sin embargo, la urgencia de hoy es evitar que los fondos de pensiones se sigan esfumando, arrasados por el maremoto financiero. Desde el 25 de Julio del 2007 en que alcanzaron su valor máximo de 53,8 billones de
pesos (equivalentes a 104.060 millones de dólares de ese momento), los fondos de pensiones han venido oscilando de modo enloquecido. Expresados en moneda de esa fecha, es decir, descontada la inflación, llegaron a perder más de 4,2 billones de pesos en agosto del 2007, para luego recuperarse y revertir esas pérdidas durante octubre. Sin embargo, desde noviembre han vuelto a caer constantemente, lo que se ha agudizado en lo que va del 2008. Al jueves 17 de enero, antes del "lunes negro," las pérdidas alcanzaban a 4,55 billones de pesos. A ello había que agregar las cotizaciones del período netas de beneficios pagados por las AFP, las que sumaban 523.050 millones de pesos adicionales, y que se perdieron asimismo íntegramente. Es decir, las pérdidas acumuladas desde el 25 de julio suman 5,07 billones de pesos de esa fecha (equivalentes a 10.526 millones de dólares de hoy). Expresado como porcentaje variación de la cuota, las pérdidas acumuladas suman -9,42%. En otras palabras, las jubilaciones promedio esperadas por los afiliados a las AFP se han reducido en casi un 10% en sólo seis meses (ver www.cendachile.cl/perdidas_afp
Ésto se va a agravar antes que las cosas empiecen a mejorar. Las solas pérdidas del "lunes negro" van a significar una merma adicional de varios miles de millones de dólares en los fondos de pensiones AFP. No
sería de extrañar que antes que pasen las turbulencias, las pérdidas experimentadas hasta el momento puedan agravarse bien severamente.
Las incurridas hasta el momento se podría haber evitado si las autoridades hubiesen actuado a tiempo. No pueden alegar que no fueron advertidas al respecto. El 29 de agosto del 2007
de la crisis que se avecinaba e instaba a organizar el resguardo de los fondos de modo de minimizar las eventuales pérdidas. No se dignaron siquiera responder. Lo que es más grave, durante esos meses la SAFP
continuó publicando una información sesgada, que bien podía interpretarse como una sugerencia a los afiliados para que se cambiaran al riesgoso fondo A. De hecho así lo hicieron, puesto que en el período
indicado se han verificado traslados netos a ese fondo que suman más de 730.050 millones de pesos, los que se perdieron íntegramente. Peor aún, en ese período el parlamento cedió ante las presiones de las AFP y les
permitió aumentar hasta un 80% la porción del fondo invertida en el extranjero.
En su carta del 29 de agosto
fondos de pensiones de modo de proceder a un repliegue ordenado de los mismos hacia inversiones seguras." Ello se estimaba necesario para evitar "una serie de trastornos en los mercados financieros locales" si
los afiliados procedían por su cuenta a trasladarse masivamente al más seguro fondo E. Por otro lado, las AFP no pueden actuar de modo individual aunque quisieran, puesto que están constreñidas a moverse de
conjunto a riesgo de tener que afrontar parte de las pérdidas con su propio capital.
En las circunstancias actuales, sin embargo, parece responsable sugerir a los afiliados que inicien su traslado masivo al fondo E.
Como decisión individual parece de perogrullo. En la víspera del "lunes negro," el fondo A acumulaba una pérdida real de -11,67%, y le seguían en orden decreciente los fondos B (-10,45%), C (-8,97%) y D (-5,18%),
todos ellos invertidos de modo significativo en renta variable y en el extranjero. En cambio, el fondo E invertido en renta fija y mayormente en el país, no sólo no había perdido dinero, sino acumulaba a esa fecha
una ganancia real de +0,72%. El modesto fondo de cesantía, por su parte, cuya administración se licita con comisiones muy reducidas, sin propaganda ni parafernalia, acumulaba asimismo una ganancia real
positiva (ver www.cendachile.cl/perdidas_afp
Si se produce una estampida masiva de traslados hacia el fondo E, las AFP se verán obligadas a liquidar acciones y otros papeles de renta variable que hoy día tienen un valor muy dudoso. Ello obligará a poco
andar a las autoridades a salir de su letargo e intervenir los fondos de pensiones, de modo de garantizar "un repliegue ordenado hacia inversiones seguras." Lamentablemente, la indolencia que han mostrado
hasta ahora fuerza a los afiliados a tomar cartas en el asunto.
Por Manuel Riesco CENDA
Agencias AIP JPMM
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1 comentario:
Todo esto fue provocado por Bachelet, el costo lo pagamos los Trabajadores.
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