A mediados del año 2004, un grupo de compañeros asumimos la tarea de desarrollar la página Web de la Federación Nacional Víctor Jara. Máximo asumió con gran responsabilidad y dedicación esa tarea, no obstante las limitaciones que le imponía su salud. Se destacó en ese trabajo por la seriedad y rigurosidad en el análisis de los temas sobre los cuales le tocaba escribir. Su aporte era notable y, como el que más, se preocupaba por que se reflejara en la página todo el rico quehacer social, solidario y político de los chilenos y latinos en Suecia, así como de mantener estrecha relación con nuestras raíces poniendo al alcance de nuestros lectores temas de candente actualidad.
Máximo fue un hombre de gran calidad humana, siempre dispuesto a ayudar con un consejo. Fue además una personalidad destacada del movimiento juvenil chileno. Provenía de una familia de luchadores sociales y políticos, un hogar comunista. Su sello fue el compromiso y entrega en la lucha por un mundo mejor y más justo.
Era profesor, egresado de la escuela Normal el año 1959. En 1962 ingresó al Pedagógico Técnico de la UTE (Universidad Técnica del Estado), allí tomó parte activa en la lucha por la Reforma Universitaria.
Ingresó a las Juventudes Comunistas el año 1956. A comienzos de los años 60 fue miembro del Comité Regional Santiago.
En 1963, en representación de la jota y junto a otros compañeros, conoció la experiencia de la lucha guerrillera de las FARC en las selvas de Colombia.
En 1964 la jota lo envió a la Escuela Central de Cuadros de la UJC -Unión de la Juventud Comunista de Cuba. Allí también compartió experiencias con un grupo de jóvenes profesionales, ingenieros, economistas y médicos comunistas chilenos que estaban aportando al proceso revolucionario en Cuba. Tuvo entonces la suerte de conocer al Che en persona.
En el V-Congreso de la Jota en 1965, es incorporado a su Comité Central y luego asume como Encargado Nacional de Organización y miembro del Secretariado y Comisión Ejecutiva. El año 1969 la Jota lo designa como su representante en la FMJD (Federación Mundial de la Juventudes Democráticas), pasando a ser su Vicepresidente. Allí fue un digno representante del movimiento juvenil chileno.
Máximo fue parte importante de lo que el mismo llamaba “la generación de la esperanza”. Formó parte de la dirección de las JJ.CC que encabezó Mario Zamorano y luego, junto a Gladys Marín, Omar Córdova, Checho Weibel y otros destacados dirigentes juveniles, demostró una gran capacidad de entrega y responsabilidad en las tareas que le fueron encomendadas, tanto en las JJ.CC, como luego en el partido.
Le tocó vivir una de las etapas más importantes de la historia de las JJ.CC. Estas se transformaron entonces en la más poderosa e influyente organización juvenil de Chile. Llegó a tener 85.000 militantes, aplicando con creativamente entre los jóvenes, la línea política del PC: la más amplia unidad de las fuerzas populares. Era una política unitaria, por cambios revolucionarios, tomando los problemas e inquietudes de los más diversos sectores juveniles, especialmente entre los trabajadores, estudiantes y pobladores.
En Chile se desarrolló por esos años un gran movimiento juvenil anticapitalista y antiimperialista. Abarcó a los más amplios sectores sociales y políticos, que se movilizaron y marcharon a lo largo del país en contra de la agresión norteamericana al pueblo Vietnamita, en defensa de la revolución cubana, por la Reforma Agraria y contra el latifundio; por la reforma Universitaria, por la recuperación de las riquezas básicas de nuestro país y por los Derechos de la Juventud. La Jota contribuyó a la construcción de la unidad desde la base social, fortaleciendo las organizaciones propias de la juventud, ayudó a plasmar la unidad popular en el terreno juvenil, movilizando a la juventud tras el objetivo de conquistar el Gobierno Popular que encabezó el compañero Salvador Allende.
Las JJ.CC llegaron a tener una gran cantidad de dirigentes de los trabajadores en los departamentos juveniles de la CUT, entre los dirigentes estudiantiles en federaciones universitarias y de enseñanza media, normalistas, industriales, etc.; dirigentes poblacionales, campesinos; en los medios culturales y deportivos. El partido entregaba confianza y responsabilidades a la Jota. Fue así como se llegó a tener 4 diputados en el parlamento, alcaldes y regidores (hoy llamados concejales) a lo largo del país, militantes de la Jota. Los jóvenes reconocían en ella a sus dignos representantes y le daban su confianza y apoyo.
Durante la lucha contra la dictadura de Pinochet, Máximo cumplió un destacado papel en las tareas de dirección de la Jota y luego en el partido. Es así que el año 1975 es incorporado a su Comité Central. Trabajó junto al equipo de dirección que encabezaba el compañero Víctor Díaz. Luego por razones seguridad debió salir al exilio junto a su compañera e hijos, Gaby, Natacha y Mikis. Más tarde nacería en la RDA su hijo José. Pasó a formar parte del Secretariado y de la Dirección del partido.
Más tarde, cuando al crearse el Comité Directivo, un organismo compuesto por 21 miembros intermedio entre el Comité Central y la Comisión Política, forma parte también de esa instancia.
Vivió su exilio en la RDA, en la U.RR.SS y luego en Suecia, desde donde contribuyó al desarrollo de la solidaridad y el trabajo partidario, orientados a acortar los días de la dictadura.
En 1984 regresó a Chile junto a su compañera e hijos para incorporarse de lleno a las tareas partidarias y al combate contra la dictadura. A fines de marzo de 1985, los servicios de seguridad de la dictadura cometen el horrendo crimen de su hermano Manuel, de José Manuel Parada y Santiago Nattino, alevosamente degollados y luego botados entre las comunas de Renca y Quilicura. Este acto luctuoso produjo enorme conmoción y la condena de todos los sectores que exigían libertad y democracia para Chile. Por razones de salud y de seguridad, Máximo debió volver al exilio en Suecia a fines de 1985.
En Suecia formó parte activa de “Memoria Amaranto”, que busca rescatar la memoria colectiva de su organización y del movimiento juvenil chileno, para que nada, ni nadie, sean olvidados.
En el último tiempo, pese a su salud, quiso estar informado de todo, tenía a mano libros, revistas, diarios, y su infaltable Internet. Siempre mantuvo su preocupación por el acontecer político y social, tanto en el plano nacional como internacional, y se esmeró en que se reflejara en nuestra página y otros medios de difusión. Era inquieto y estudioso, ningún tema le era ajeno. No rehuia la discusión frente a los temas más intrincados, atribuyéndole gran importancia a la lucha en el campo de las ideas.
Máximo Guerrero fue un imprescindible. Es una gran pérdida para todos y quedará para siempre en nuestra memoria. Un digno ejemplo para los suyos, las nuevas generaciones que se incorporan a la lucha social y política en el combate contra el neoliberalismo y por un mundo mejor y más justo. Ellos asumirán su legado.
Nuestros más profundos sentimientos de pesar y solidaridad para Gaby, Natacha, Mikis, José, sus nietos y a toda su familia, a su partido y a sus amigos.
Equipo de redacción página Víctor Jara http://www.victorjara.se
Agencias AIP JPMM
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