Las acusaciones a Venezuela de parte de la UE, sus argumentos, no constituyen más que una falacia y forman parte de una campaña mediática orquestada, que lo único que refleja, es su alineamiento con las políticas agresivas, intervencionistas y desestabilizadora de su amo norteamericano.
El doble rasero y la inmoralidad de la Unión Europea es increíble, sanciona a Venezuela y no castiga al estado terrorista de Arabia Saudita, responsable del crimen del periodista saudí, Yamal Khashoggi, vil asesinato, aún no aclarado del todo y que forma parte de un complot internacional, que buscaba acallar de algún modo al comunicador, que manejaba información de inteligencia muy relevante y que apuntaban hacia Estados Unidos, Arabia Saudí, Turquía y sus nexos con el terrorismo internacional, el narco petróleo y el genocidio en los países de Oriente Medio y Yemen.
El Consejo Europeo habla de buscar soluciones democráticas, de estabilización política, de preservar el Estado de derecho, sin embargo, no le exige lo mismo al estado terrorista y genocida de Arabia Saudita, de allí que toda esta conspiración, es el reflejo del doble rasero y la mentira que preconiza la UE con respecto a Venezuela.
Lo cierto es que a Estados Unidos y la Unión Europea, poco le importa la democracia, cuando se trata de sus intereses económicos y depredadores. Si así fuera, no estarían impulsando intervenciones militares o buscando golpes de estado o simplemente sancionado a los países que no se rinden a sus dictados. Incluso las sanciones son tan ridículas, que el Consejo Europeo de la UE, habla de embargo de armamento que pesaría sobre Venezuela, el cual seguirá vigente hasta el próximo año. Parece que la UE olvida que Venezuela ha venido estrechando sus lazos con Rusia, incluido el plano militar, lo que le permitiría a Venezuela, no tener necesidad del armamento europeo.
El gobierno de Nicolas Maduro, en su oportunidad a cursado invitación a la alta representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Federica Mogherini, a visitar su país para que conozca la realidad que vive Venezuela. Sin embargo, hasta el momento no ha existido ninguna respuesta a dicha invitación, pues no existe la voluntad política, que permita dar paso al diálogo, la distención, la negociación y la búsqueda de acuerdos, que contribuyan poner fin a la crisis venezolana, creada a propósito, más por factores externos, que internos.
Lo únicos que está claro, es que la Unión Europea, por mandato de los Estados Unidos, se suma al grupo de actores que buscan la caída del gobierno de Maduro y el fin de la revolución bolivariana, buscando profundizar la crisis, para luego avalar una intervención militar directa, apoyar un golpe de estado o incluso desatando una guerra civil, para sumir al país en el caos y un baño de sangre.
Estados Unidos, el Consejo Europeo, Colombia, Brasil y los lacayos del Imperio, como Luis Almagro, Secretario General de la OEA y los presidentes imputados por corrupción familiar y personal, como Sebastián Piñera de Chile y Mauricio Macri de la Argentina, son los actores principales del complot contra la democracia venezolana.
De allí que las nuevas puniciones de la Unión Europea van de la mano con las nuevas sanciones anunciadas por el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el neofascista John Bolton, el que diera a conocer que EE. UU impondría nuevos castigos contra Venezuela, las cuales afectarían especialmente al sistema financiero y las exportaciones de oro.
Por eso pretender decir que la conspiración contra Venezuela vive de cierto reflujo, no es más que una posición que no refleja la realidad del verdadero papel que juegan las fuerzas imperiales hostiles, que buscaran con todos sus medios a su alcance, poner fin a la revolución bolivariana, al costo de un baño de sangre, para luego comenzar el asalto y hacerse de los más diversos recursos naturales, con los cuales cuenta Venezuela.
Por Eduardo Andrade Bone
Agencias Prensa PM RMP PI EAB MP/AIP
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