AUMENTA LA POBREZA EN EE.UU.

                            

En 2012, aproximadamente 46,5 millones de estadounidenses vivieron por debajo del umbral de la pobreza, un 15% de la población y máximos que no se rozaban en casi medio siglo. Pero el titular alarmista ya se dió en 2011, y en 2012, y un año después, la cifra no varía: Estados Unidos se estanca en la pobreza. 

«No estadísticamente significativo» ha sido el calificativo repetido por la Oficina del Censo estadounidense. Ni cambios en los ingresos anuales, ni diferencias en los sueldos entre hombres y mujeres han variado los apocalípticos datos de miseria. La pobreza se reafirma como uno de los puntos que Obama no consigue tachar de su lista de cambios. 

«Revertir esa tendencia necesita ser la más alta prioridad de Washington» aseguraba a la nación en un discurso el pasado mes de agosto. Palabras que recordaban mucho a las ya pronunciadas unos meses antes: «Una economía en crecimiento, que genere empleo estable para la clase media— esa debe ser nuestra estrella del norte que guíe nuestros esfuerzos». 

Una de las principales potencias mundiales, que ha sobrevolado la crisis económica mirando por encima del hombro a países hundidos en la recesión, ahora tendrá que hacer frente a la realidad de unas reformas que no dan resultados, en un contexto de moderada recuperación al otro lado del Atlántico. 

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