
En la región Asia – Pacífico es donde se produce la mayor concentración de niños (122 millones) que se ven obligados a cambiar el tiempo que deberían pasar aprendiendo y jugando por duras sesiones de trabajo. En Latinoamérica y el Caribe se calcula que podría haber más de cinco millones de niños en estas condiciones, según Proñino.
La Fundación Telefónica cita el caso del panameño Luis Vergara para ejemplificar la voluntad de estos menores de aprender y poder así cambiar de vida. Este joven de 17 años pasaba el día en los semáforos de la capital del país limpiando los cristales de los coches para ayudar a su madre a comprar comida. Hasta que fue contactado por el programa Educadores de la Calle. Ahora asiste regularmente a la escuela y ambiciona hacerse informático.
Para seguir reduciendo las elevadas cifras de trabajo infantil (en el último año descendieron un 11% en todo el mundo) el enfoque debe abarcar todos los ámbitos de la sociedad, cuentan desde la Fundación Telefónica.
Los primeros que deben comprender la importancia de una infancia adecuada son los padres de los niños; para que permitan que sus hijos vayan a la escuela también deben recibir ingresos alternativos a los que producen los menores; las escuelas deben proporcionarles la formación, motivación y recursos necesarios; y, finalmente, el conjunto de la sociedad tiene que estar mentalizada que su futuro depende de la formación de sus niños.
Agencias Prensa LV AIP JPMM
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