Cheyre, el general intelectual y democrático, demanda ahora la clausura de este diario por exponer la verdad sobre Santelices y otros oficiales. ¿De qué habla Cheyre cuando dice “nunca más”?Las explicaciones que da el ex comandante en jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre acerca de las causas del golpe de Estado de 1973 no son más que una reformulación un poco más sofisticada del estribillo de los "señores políticos" de su antiguo jefe, Augusto Pinochet.
En su lista de "padres" del golpe de Estado de 1973, Cheyre omite a los grupos económicos, que ya tenían diseñado el plan estratégico para convertir a Chile en el cobayo de una revolución neoliberal que sólo podía aplicarse con la fuerza bruta.
La monserga de Cheyre es la misma de los últimos 35 años: en 1973 las Fuerzas Armadas salvaron a Chile del "odio" a que los habían llevado, dice, "el Gobierno de la Unidad Popular, la oposición de la Democracia Cristiana y del partido de la derecha de la época. Todos aquellos más la Corte Suprema, más el Senado, más la Cámara de Diputados, más la Contraloría General de la República".
El odio civil fue vencido con amor castrense: 3 mil asesinados, mil desaparecidos, un millón de exiliados, decenas de miles de torturados, encarcelados, exonerados, humillados y millones de chilenos forzados a la miseria y a la emigración para construir el "modelo" neoliberal que nos rige hasta hoy sin muchas contemplaciones.
Todo esto fue obra de los grupos económicos y de la derecha, y ejecutado por los militares a quienes Cheyre y muchos otros descargan de toda responsabilidad a cuenta de los anónimos "autores intelectuales".
Pero aun así, el alto mando obedeció sin reservas ni arrepentimientos, excepto en las presuntas oraciones ultrasecretas de oficiales como Gonzalo Santelices, que nunca afectaron sus carreras.
La verdad es que todos los oficiales y clases de las Fuerzas Armadas, entre 1973 y 1990 fueron participantes del terrorismo de Estado, independientemente de sus convicciones personales. Están manchados porque sus instituciones lo están. La lógica indica que se debe intervenir y rediseñar esas instituciones, no apenas perseguir a sus empleados.
Cheyre, el general intelectual y democrático, demanda ahora la clausura de este diario por exponer la verdad sobre Santelices y otros oficiales. Reconoce esa verdad, pero cuestiona el derecho de los ciudadanos a conocerla.
Por eso, ¿de qué habla Cheyre cuando dice "nunca más"? ¿Qué se enseña a los cadetes en las escuelas militares? ¿Se les informa que hubo un comandante en jefe que traicionó la Constitución y la ley para derribar el sistema democrático?
Quien visite el Museo Militar comprenderá en algunos minutos que el Ejército no se siente culpable de nada, sino "invicto". No heredero de la tradición rebelde y defensiva de Lautaro, Caupolicán, o Pelentaro, sino de la doctrina agresiva del Ejército de ocupación español. Allí está, como diría el finado Pinochet, la madre del cordero, el suelo fértil de los golpes de Estado.
Agencias LN AIP JPMM
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