martes, 16 de julio de 2013

CHILE POR EL CAMINO DE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN


Chile enfrenta una encrucijada cuya solución definirá su destino como país. 

El debate sobre reforma constitucional, nueva Constitución, y fórmulas como plebiscito y asamblea constituyente, así lo demuestra. Las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2013 pueden y deben ser una instancia para que el país enfrente el debate sobre estas cuestiones que son el telón de fondo de los problemas que enfrenta nuestro sistema político, económico y social. 

No podemos obviar que, a diferencia de periodos anteriores, estas elecciones han sido precedidas por un fuerte proceso de movilización y una crisis de representación política aun más aguda que en otras ocasiones. En el año 2011, la magnitud de las movilizaciones sociales asombró a Chile e incluso al resto del mundo. 

 Chile necesita una nueva Constitución que surja de la voluntad popular y de un proceso constituyente institucional que sea plenamente democrático. No basta con reformas que, si bien pueden mejorar algunos aspectos, no se basan en la soberanía del pueblo, generan una ilusión de legitimidad que oculta tanto su origen como el resguardo de un orden socio económico injusto a través de un sistema político de resabios autoritarios. 

 Hemos pasado casi un cuarto de siglo de democracia con una Constitución heredada de una dictadura. Es urgente reparar este déficit fundamental de la transición chilena que constituye una deuda con las futuras generaciones. 

 Los abajo firmantes hemos suscrito un Manifiesto con una propuesta y llamado muy precisos. Se trata de movilizar al país en torno a una reforma constitucional que permita un plebiscito, en el cual el pueblo se manifieste respecto del cambio o la mantención de la actual Constitución. En el caso que el resultado sea favorable al cambio, deberá dictarse una ley que convoque a una instancia, una Asamblea Constituyente nos parece la más adecuada, garantizando su representatividad social, cultural, regional, política, étnica y de género, para la redacción de una nueva Constitución. 

Quienes participen en ésta no debieran postularse en las siguientes elecciones de representación popular. La nueva Constitución deberá ser ratificada por la ciudadanía en un nuevo referéndum. Más allá de las diferencias que existan sobre fórmulas concretas y precisamente para llegar a un consenso en esta materia, queremos ayudar a generar un gran debate nacional. 

Llamamos a la ciudadanía a movilizarse por estas demandas, a los medios de comunicación a abrir los espacios necesarios para este debate, a las organizaciones sociales y partidos políticos a definir su posición al respecto, a los actuales y futuros parlamentarios a aprobar las reformas necesarias para permitir este proceso y a los candidatos presidenciales a poner el tema de un Plebiscito para una nueva Constitución como un elemento central y prioritario de sus programas. 

Agencias  Prensa  AIP ELCH  PM  RMP
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