Según un sondeo, el 72 por ciento de la población califica la situación económica de «insoportable»; el 52 por ciento de los búlgaros, hoy en la UE, malvive con salarios de 160 euros mensuales.
“Bulgaria, el país más pobre de la Unión Europea”, ha sido uno de los tópicos más usados en la prensa extranjera al referirse a este país desde que se incorporó a la UE en 2007. Este calificativo ha vuelto a ser corroborado ahora por la Confederación de Sindicatos Independientes en Bulgaria, según la cual de una población de 7,6 millones de habitantes, 1,6 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza.
Además, el 90% de los búlgaros carecen de suficientes ingresos para poder llevar una existencia normal. Un 52% de la población malvive con salarios de 160 euros, mientras que los precios de los alimentos en algunos artículos no sólo se igualan, sino que a veces superan a los de muchos países europeos.
Estas inquietantes cifras se confirman por los resultados que ofrece la encuesta del Instituto Open Society de Sofía, en la que los búlgaros se sitúan en un estado de pobreza superior a la de otros países balcánicos que aspiran a ingresar en el club comunitario. Las cifras publicadas señalan que un 72% de la población califica la situación de “insoportable”, y sólo un 2%, de “normal” o “buena”, a la vez que un 63% afirma que, en lo económico, la situación se ha deteriorado sensiblemente. Si más del 50% de la población confía en la UE, apenas un 16% respalda al gobierno, y no más del 7% en los partidos políticos.
Clamor contra los socialdemocratas
En estas circunstancias, no asombra a nadie que desde hace 44 días miles de personas sigan en las calles exigiendo la dimisión inmediata del gobierno socialdemocráta y elecciones anticipadas. Las protestas siguen siendo pacíficas. El orden sólo se alteró hace pocos días cuando los manifestantes mantuvieron retenidos en el Parlamento a un grupo de diputados y a tres ministros, y la policía manifestó una agresividad extrema repartiendo porrazos y puñetazos a personas indefensas, incluso a mujeres, con un saldo de una veintena de heridos.
Frente al clamor popular, los máximos líderes socialdemocrátas y el primer ministro Plamen Oresharski hacen alarde de su arrogancia desoyendo la vox populi a pesar de que muchos representantes del sector crítico del partido insisten en que hay que anticipar las elecciones.
El líder socialista y presidente del PSE, el rusófilo Serguey Stanishev, acaba de declarar que el gobierno debe agotar su legislatura en 2017.
Agencias Prensa AIP ABCE PM RMP
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