miércoles, 27 de agosto de 2008

CHILE...LAS DOS CARAS DEL NEOLIBERALISMO

El lujo y la miseria forman la compleja realidad del acomodado sector de Lo Barnechea, en Santiago, donde ostentosas mansiones contrastan con los campamentos marginales en los que centenares de familias malviven a la espera de recibir viviendas llamadas "ratoneras", que son para un grupo familiar de 4 personas con 39 metros cuadrados, que son los símbolos de la injusticia social y la indignidad de la dictadura y la Concertación, en cuanto a vivienda social.


Situado al oriente de la capital chilena, Lo Barnechea escenifica de forma paradigmática la estratificación social que existe en Chile, pese a la presunta bonanza económica y la estabilidad política y social que registró el país en los últimos años, bonanza económica que solo beneficia a los grandes empresarios, las trasnacionales y la oligarquía económica y financiera del país.


Plaza Italia, centro neurálgico de la ciudad, es el punto que divide a la capital entre los pobres y los ricos de la ciudad de Santiago.


Por un lado, al este, se encuentran las zonas más apacibles de Santiago, con barrios de estratos sociales medio como Providencia o La Reina, y zonas de la alta burguesía como Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea.


Al sureste, oeste o norte, el abigarrado y gris centro urbano, con el palacio de La Moneda y oficinas, y barrios humildes como San Bernardo, San Ramón, El Bosque, San Joaquín, Pedro Aguirre Cerda, Pudahuel, Quinta Normal, Renca o Cerro Navia, en donde se confluye con pobreza, pobreza extrema y pobreza disfrazada.


Lo Barnechea, ubicado en plena zona alta, a los pies de la cordillera de los Andes, exhibe varias realidades en un mismo territorio


''Es una zona heterogénea donde coexisten dos niveles socioeconómicos muy distintos: uno de muchos ingresos y otro más vulnerable'', describió la alcaldesa de Lo Barnechea, Marta Elhers.


Las familias con muchos ingresos a los que se refiere Elhers se concentran en el sector de La Dehesa, con vastas mansiones y casas unifamiliares con jardín y altas vallas protectoras, como la que habita aún Lucía Hiriart, la famosa viuda de Augusto Pinochet.


En el mismo barrio, a orillas del río Mapocho, se levantan extensos campamentos marginales carentes de servicios básicos, como agua potable, energía eléctrica o alcantarillado.


Según un censo de los campamentos en Chile elaborado en 2007 por la organización no gubernamental ''Un Techo para Chile'', cerca de 29,000 familias viven en más de 500 campamentos distribuidos por la geografía chilena.


En estos campamentos, las condiciones de vida rozan la miseria: el 27.5 por ciento no tiene acceso regular a ningún servicio básico y el 35 por ciento tienen acceso regularizado a un solo servicio básico.


En Lo Barnechea, casi 800 familias viven en viviendas miserables , distribuidas entre los campamentos Transitorio, Juan Pablo II, y Ermita I y II.


Sus habitantes saben de primera mano lo que es convivir con gente adinerada y confiesan que en ocasiones sienten la discriminación de sus vecinos.


La integración vecinal entre los habitantes del barrio no resulta sencilla porque, pese a la escasa distancia que separa a unos de otros, socialmente viven en mundos antagónicos.


Sin embargo, en el ámbito laboral se produce una paradójica comunión entre los habitantes de los campamentos y sus vecinos mucho más acaudalados.


''Las mujeres de los campamentos trabajan en Lo Barnechea de empleadas domésticas y muchos hombres en la construcción de casas de familias más ricas. Ellos mismos no tienen casa pero trabajan construyendo casas de lujo para sus vecinos'', explicó Sebastián Bowen, director social de ``Un Techo para Chile''.


Esta organización ayuda desde 1997 a los campamentos construyendo viviendas sociales en mejores condiciones (mediaguas) o asesorando a las familias para que puedan acceder, en el mejor de los casos, a una vivienda definitiva.


La alcaldesa Elhers defiende su gestión y expone los proyectos que durante los cuatro mandatos que lleva al frente del municipio ha impulsado para erradicar los campamentos y ofrecer viviendas definitivas a sus habitantes.


Entre 1996 y el 2003 se ejecutó el proyecto ''Ermita de San Antonio'', que permitió construir 1,292 viviendas y, a juicio de Elhers, ``demostró que se podía elaborar un proyecto del mismo nivel de vida de los sectores más altos del barrio''.


La municipalidad se ha fijado el ambicioso objetivo de erradicar los campamentos en el sector para el año 2010, con el proyecto Bicentenario, que proyecta la construcción de 770 viviendas en los terrenos donde ahora se levantan los campamentos.

Agencias Prensa ENH AIP JPMM

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