domingo, 24 de febrero de 2008

CHILE...SI NO HAY SOLUCION...EL PROBLEMA MAPUCHE SE PUEDE TORNAR GRAVE

Entrevistado por la prensa en Bristol, el dirigente de Enlace Mapuche Internacional afirma que si su pueblo no logra pronto una autonomía plena, el conflicto se agudizará cada vez más, con consecuencias imprevisibles para Chile.

Cuando se le pregunta si él es una suerte de “embajador” mapuche en Europa, Reinaldo Mariqueo sonríe. “Eso es lo que dice El Mercurio aclara de inmediato . Bueno, yo creo que lo dicen de una manera irónica A mí nunca me han nombrado embajador, yo soy un werkén. El werkén es el mensajero, no un jefe, porque los mapuches no estamos organizados jerárquicamente”, explica.


A sus 56 años, este antiguo militante socialista es un hombre de gestos reposados y mirada serena. Nos invita a tomar un café en la cocina de su casa-oficina de estilo victoriano, en el centro del puerto de Bristol, en el sur de Inglaterra.


Llegó aquí hace más de 30 años, cuando tuvo que escapar de Chile porque los servicios de inteligencia de la dictadura lo buscaban. En esta misma ciudad conoció a su esposa y tuvo un hijo. Ahora reconoce que le gustaría volver “algún día” a Chile con su familia, y que “lo que más echo de menos es mi tierra y mi gente”.


- Puede que no sea un jefe, pero usted es uno de los vínculos importantes de los mapuches con las organizaciones políticas europeas.


- Nuestra organización ha estado trabajando desde el año 1978, en que empezamos como Comité Exterior Mapuche. Después nos transformamos en Enlace Mapuche Internacional. Desde esa época nosotros representamos un nexo entre ONG europeas y organizaciones mapuches.


- ¿Qué grado de relación han desarrollado con partidos nacionalistas europeos, como Esquerra Republicana o Batasuna?


- Los vínculos que existen son directos entre Wallmapuwen, el partido mapuche que se formó hace un par de meses, y partidos políticos análogos que existen acá en Europa. Yo personalmente estoy interesado en desarrollar nuestros contactos con el Partido Nacional de Escocia y el de Gales, por la similitud de la situación mapuche y la de ellos.


- ¿Es efectivo que algunos partidos nacionalistas europeos están capacitando a cuadros políticos mapuches en temas de administración autonómica?


- No tengo conocimiento de ello pero tampoco sé si los mapuches necesitan ese tipo de capacitación. Si miramos al pasado, los mapuches se administraban a sí mismos. Por siglos el pueblo mapuche fue independiente y soberano.


¿Están desarrollando iniciativas ante el Parlamento Europeo para el reconocimiento del pueblo mapuche?


- Sí, es un trabajo que los mapuches tenemos la obligación de hacer, ya que han tratado de exterminarnos como pueblo. Lo que nos da ánimo es que el derecho internacional está de nuestra parte.


- ¿Tiene buena llegada en el Vaticano?


- Sí, tengo algunos contactos. Pero es que históricamente el pueblo mapuche ha estado relacionado con la Iglesia. Y nosotros queremos mantener ese contacto que viene del pasado. Hay más confianza en la Iglesia que en las instituciones del Estado.


- ¿Usted apoya la idea de crear Wallmapuwen?


- Siempre he escrito sobre la necesidad de que el pueblo mapuche tenga un partido político. Y es porque nosotros hemos visto los avances que se han logrado en Europa luego de la formación de estos partidos. Además, podría crear cierto nivel de entendimiento entre mapuches y chilenos.


- ¿Participará Wallmapuwen en las próximas elecciones municipales?


- Sí, tengo entendido que sí.


- ¿Y qué resultados prevén?


- Está claro que con Wallmapuwen la derecha va a perder. Por eso es que “El Mercurio” y su cadena de diarios se han lanzado en picada contra el partido. Antes la derecha siempre ganó en el sur, porque jugaban con la buena voluntad del mapuche. Los mapuches no participaban en política porque no veían allí solución a sus problemas. Entonces, el Wallmapuwen crea una nueva situación. Yo estoy de acuerdo con su creación, porque en Europa ha funcionado. Lejos de dividir a los países y crear situaciones de separatismo, hay un mayor entendimiento entre las partes. Escoceses y galeses viven en armonía en Gran Bretaña porque hay una democracia fuerte. Y eso se puede replicar perfectamente en Chile.


- ¿Usted avalaría una solución autonómica al estilo español?


- Naturalmente, porque el pueblo mapuche fue autónomo, fue independiente y soberano. Tiene su territorio y tiene su cultura, sus héroes históricos. Tiene todo lo que un pueblo tiene que tener. Y tiene una cohesión de pueblo que se formó hace miles de años, mucho antes de la formación de la República chilena. Entonces, que ahora vengan a decirnos que tenemos o no derecho a ser un pueblo no corresponde.


- ¿El objetivo de un Estado mapuche independiente está descartado?


- Yo no estoy de acuerdo con la idea de crear fronteras. En Europa las fronteras están desapareciendo porque no funcionan. Al final, lo que los pueblos necesitan es bienestar y no guerras, ni conflictos armados en los que sufre gente inocente.


- Hasta hace poco, el Gobierno chileno ha insistido en tratar el conflicto mapuche como un tema eminentemente policial. ¿Es peligroso este vacío político en términos de propuestas y voluntad de negociación?


- El conflicto mapuche es político, naturalmente, pero la solución judicial que le dan, la represión de las comunidades que luchan por la reintegración de sus tierras Todo eso es muy contraproducente. Eso es lo que ha creado conflicto entre los mapuches y sectores de la sociedad chilena. Y bien digo: sectores, porque el problema mapuche no es con el huinca pobre y vecino, sino con las multinacionales y las empresas forestales, los grandes latifundistas que se apoderaron de territorios mapuches hace 100 años. Hace unas semanas recibí un mail que venía de la región de los lafquenches. Me contaban que después de un siglo de esperar una resolución de la justicia chilena, decidieron avanzar y apoderarse de sus tierras. La justicia chilena no funcionó. Entonces, el Estado de derecho también tiene que ser revisado en Chile, porque funciona para unos pocos y no para todos.


- Desde el punto de vista de los mapuches, ¿ven diferencias en la relación con los gobiernos de la Concertación respecto del período de la dictadura de Pinochet?


- Estamos esencialmente en lo mismo. Quizás hubo más represión durante Pinochet. Pero cuando él creó la Ley Indígena, allá por el año 78 ó 79, los mapuches se levantaron cuando en Chile todavía nadie se atrevía a abrir la boca. Hubo enfrentamientos en el sur, destrucción de patrullas policiales. Entonces, Pinochet cambió rápidamente la ley.


- ¿Cómo se define en relación a la opción por la violencia por parte de la Coordinadora Arauco-Malleco?


- Creo que el problema ahí es que ha habido una represión muy fuerte por parte de la policía: los allanamientos, las torturas, los ataques contra mujeres Entonces, la reacción de la gente de la región es natural: defenderse. Y eso es lo que están haciendo. Porque la violencia crea violencia. Si la represión afecta tan fuertemente a otras regiones como allí, van a ver que todo el pueblo mapuche va a estar defendiéndose.


- ¿Cree que la solución del conflicto pase por que el Gobierno y la policía terminen con la política represiva?


- La política represiva nunca ha funcionado en ninguna parte.


- La huelga de hambre protagonizada por Patricia Troncoso, la “Chepa”, parece haber remecido a la sociedad chilena en relación a la realidad del conflicto mapuche. ¿Qué puede decir respecto de ella?


- Ella tiene una convicción fuerte como mapuche. Y se decidió a luchar contra la injusticia que se cometió en su contra. Porque las acusaciones en su contra se basaron en suposiciones. No hubo comprobación del delito. Los testigos fueron pagados y cubrieron sus rostros. No hubo el debido proceso. Le aplicaron una ley de Pinochet.


- La Ley Antiterrorista.


- Sí. Y ahora las propias autoridades chilenas reconocen que fue un error [ ]. Ella decidió que entre estar 10 años presa y morir era mejor morir. Y estaba dispuesta a dar su vida. Conmovió a Chile y a las organizaciones de derechos humanos del mundo.


- Patricia Troncoso dijo a LND que “no tenemos otra opción que la confrontación”. ¿Está de acuerdo con ella?


- Sí. Como ya le expliqué, la gente que viene de esa zona, de Arauco-Malleco, ha sido tan reprimida Hay una situación militarizada allí. Entonces, esa situación crea este tipo de respuestas.


- El Gobierno chileno parece vacilar respecto a la eventual visita de un observador internacional para el conflicto mapuche.


- Bueno, como dijo [el vocero Francisco] Vidal, cualquier persona interesada en los derechos humanos puede viajar a Chile. Y lo han hecho. Ahora, personalmente, creo que Naciones Unidas debiera jugar un rol mucho más importante en el conflicto, porque si la situación no cambia se va a ir agudizando. La violación de los derechos humanos no es una situación interna de un país, sino una preocupación de la comunidad internacional.


- ¿Qué opinión le merece el nombramiento del nuevo comisionado presidencial para asuntos indígenas, Rodrigo Egaña?


- El interés por parte del Gobierno por designar a una persona con cierto peso, con ciertas atribuciones, puede ser un signo positivo. Pero si no hay ningún resultado a partir de esto, algo que sea tangible, los mapuches van a seguir pensando que esta es una manipulación más.


- ¿Qué debería proponer Egaña?


- El problema más serio que tienen los mapuches es el de las tierras, que han usurpado los latifundistas y las empresas forestales. Y también está el problema de los proyectos de desarrollo que se impulsan sin su consentimiento y que afectan a las comunidades. Las salmoneras, por ejemplo, están impidiendo a los mapuches pescar como lo hacían tradicionalmente para su propio consumo. Entonces, tiene que verse en los hechos lo que surja del trabajo de Egaña.


- ¿Los mapuches se sienten en conflicto con Chile?

- Muchos chilenos se sienten mapuches, y hablan el mapudungun. Por eso no creo que haya conflicto entre chilenos y mapuches, sino entre los mapuches y aquellos que se han metido en sus tierras a explotarlos, a apoderarse de sus tierras, a discriminarlos. Éstos son una minoría que controla el poder de las Fuerzas Armadas, de la policía local, de los jueces corruptos. Es una verdadera mafia que existe en el sur de Chile. Y tienen el control de los medios de comunicación. Cuando se ven las injusticias que comete esta gente que controla el poder en el sur, hasta al más pacífico le hierve la sangre.

Por Claudio Betsalel (Bristol)

Agencias LN AIP JPMM

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