En declaraciones al diario británico The Observer, Stone califica a Chávez de “hombre honrado y fuerte” y afirma que Estados Unidos trata a Latinoamérica como un “patio trasero” en el que “se puede tirar la basura, mear o hacer lo que a uno le venga en gana”.
Durante la frustrada operación de entrega por las FARC de dos mujeres y del niño de una de ellas nacido en cautiverio, prevista para antes de la Navidad y luego para finales de año, a Stone se le dijo que debía quedarse en el hotel, en caso de que le secuestraran, instrucciones que no obedeció.
"Chávez jugó una partida de póquer en la que trató de conseguir unos resultados, pero creo que no podía lograrlo solo”, afirma el realizador, que regresó a su casa de California.
El gobernante venezolano “quería rescatar a las rehenes y romper el hielo en la guerra entre el Estado y los rebeldes colombianos. En mi opinión, era un importante primer paso, pero tanto en Colombia como en Estados Unidos había resentimientos contra su persona”, agregó.
Stone, que concedió la entrevista antes de que se supiera que el niño cautivo, de tres años, no estaba ya en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sino en un orfanato en Bogotá, culpó del fracaso de la operación al Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, y al Gobierno de Estados Unidos.
El Gobierno colombiano acusó el sábado a las FARC de mentir después de que esta guerrilla, tras admitir que no tenía ya al niño, denunciara que el Estado lo había "secuestrado". "Escuché de dos fuentes rivales ese día que Uribe había telefoneado a Bush la víspera o el mismo día. Esa llamada a Bush es significativa”, señaló.
"Yo dije entonces: ¡Vergüenza para Colombia, vergüenza para Uribe!, pero quería decir al mismo tiempo: ¡Vergüenza para Bush! Creo que Bush tiene una actitud de despecho hacia Chávez, como le ocurre a todo el ‘establishment’ estadounidense. Quieren que Chávez fracase”, afirma Stone.
El cineasta considera lo ocurrido como un capítulo más en la larga historia de injerencias y de explotación de América Latina por Estados Unidos, porque gobiernos de este país han apoyado a los dictadores cada vez que les ha interesado.
"Creo que siempre (los norteamericanos) hemos tenido la idea de que es algo nuestro. Colombia es lo único que nos queda. Es una gran inversión. Creo que hablamos de casi 1.000 millones de dólares de ayuda militar al año. Es el equivalente de una guerra secreta”, agregó el realizador.
Colombia, según el cineasta, "rebosa de equipo militar y tecnología estadounidenses (...). Existe sólo para combatir a las FARC. Y ellos lo saben. Son muy paranoicos y tienen todo el derecho a sentirse así. Todos los colombianos con los que hablé tienen miedo de un tipo u otro a los militares. Éstos son los más peligrosos, no las FARC".
Agencias LT AIP JPMM
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