Troncoso cumple una condena a 10 años de presidio en el marco de la ley antiterroristas de la dictadura, que se le impuso por su presunta participación el incendio de un predio forestalm en un juicio carente de todas las garantías judiciales pertinentes.
Berna Castro, integrante del equipo médico independiente que se trasladó hasta el Hospital de Chillán, 400 kilómetros al sur de Santiago, para verificar la situación de la luchadora de los pueblos originarios chilenos, la que confirmó a Radio Bío Bío que la comunera mapuche "está en grave, grave riesgo vital".
La doctora ratificó que dadas las condiciones en que se encuentra, "Patricia Troncoso en cualquier momento puede morir. Ella está en la etapa tres, el máximo nivel de gravedad, muy, muy grave".
Explicó que tenía 6,9 de potasio y 130 de sodio, al 12 de enero pasado, y que ayer se constató una grave deficiencia inmunitaria, parámetros que implican que "está entrando cada vez en una etapa de desenlace irreversible con una grave falla cardíaca".
Castro denunció que los médicos de Gendarmería, pese a tener los informes acerca de la gravedad de la comunera, mantienen a la mujer en una sala de pensionado donde no hay monitoreo cardiovascular ni equipo de reanimación, está prácticamente incomunicada.
Añadió que hoy, y ante la insistencia de los médicos en querer visitarla nuevamente como profesionales de su confianza, negaron la visita, reconociendo recién el grave estado de la mujer.
Para Castro, lo más conveniente es que la mujer sea trasladada a Santiago, porque en Chillán "está aislada, y sufriendo tortura y presión, porque los gendarmes instalan una mesa y comen delante de ella. Hoy día aislaron a su médico de confianza".
La profesional en sus declaraciones a la prensa aludió a la Convención de Malta, donde se protegen los derechos de los huelguistas de hambre.
Explicó que una de las cuestiones fundamentales es que, además de respetar los derechos de mantener la protesta hasta que se cumplan las demandas, el huelguista "no puede ser atendido por un médico del Estado, sino por un equipo de su absoluta confianza".
La presidenta Bachelet, que parece que viene de otro planeta, por su falta de sensibilidad y humanidad femenina, y que tiene en sus manos poner fin a esta situación vía indulto presidencial, sigue haciendo la vista gorda al respecto.
Mientras tanto desde diferentes lugares del mundo se realizan jornadas de denuncia y solidaridad con la causa de los pueblos originarios chilenos, ante un Estado y Gobierno que se niega a hacer respetar el imperio de los derechos humanos que le son conculcados al pueblo mapuche.
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