En un escenario marcado por la conmoción mundial que causó el asesinato de Benazir Bhutto en Pakistán, el petróleo volvió a dispararse este viernes superando los US$97 el barril, impulsado por la crisis pakistaní y por temores crecientes a los potenciales conflictos geopolíticos y militares que acechan a regiones productoras claves en Asia y Medio Oriente.
En las transacciones de la mañana, el barril de "light sweet crude" para entrega en febrero ganaba 39 centavos a US$97,01 el barril contra los US$96,62 del jueves en Nueva York.
Los precios del petróleo, a menos de 50 dólares el barril en enero, alcanzaron un récord histórico de US$99,29 el 21 de noviembre.
"El abastecimiento de petróleo no será afectado por el asesinato de la señora Bhutto, pero este acto hace temer una mayor desestabilización en una región ya inestable", estimó John Kilduff, analista de MF Global citado por AFP.
Además, "cuando hay inestabilidad en un país como Pakistán, que no es productor de petróleo, los inversores se refugian en el mercado petrolero, porque los precios del crudo suben en períodos de incertidumbre, mientras que los mercados bursátiles bajan", agregó.
El mercado petrolero ya estaba alerta por las tensiones geopolíticas entre Turquía e Irak este jueves cuando llegó la noticia del asesinato de Benazir Bhutto en un atentado suicida en Pakistán. Hay "tensiones geopolíticas crecientes en Pakistán (...) y eso apoya al mercado petrolero", dijo a AFP Eric Wittenauer, analista de AG Edwards.
La muerte de Bhutto "destaca las tensiones geopolíticas, porque no es una gran región exportadora de crudo, pero es importante en términos de impacto geopolítico", indicó.
Aparte del asesinato el jueves de Bhutto, las cotizaciones fueron llevadas al alza por el informe semanal del Departamento Estadounidense de Energía (DoE), que reveló una baja más importante de lo previsto, de 3,3 millones de barriles, de las reservas de crudo estadounidenses la semana pasada.
La proyección de US$ 100 para el barril está en la mira del mercado petrolero para 2008 tras una fuerte escalada de los precios en el año que termina y pocas señales de cambio, pero la desaceleración de las economías occidentales podría afectar a la demanda.
Además de la crisis recesiva en EEUU, el otro "gran peligro" que acecha al actual modelo de economía capitalista es esta escalada de los precios del petróleo y la energía que también amenazan con desencadenar un efecto dominó de derrumbe económico a escala global.
Sí las "turbulencias" en los mercados bursátiles se juntan con la escalada de los precios del petróleo, la baja del dólar, y un desenlace de los conflictos geopolíticos-militares latentes, este cóctel se pueden convertir en dinamita recesiva para la economía mundial liderada por el Imperio estadounidense.
El petróleo es el elemento clave y (el motor de todos los motores) para mantener una ecuación equilibrada del "modelo" de explotación capitalista vigente que tiene en el boom de las exportaciones de materias primas controlado por las trasnacionales en los "países emergentes" (pagando salarios africanos y eludiendo impuestos), y en el boom industrialista de los mercados asiáticos controlado por las trasnacionales (pagando salarios africanos y eludiendo impuestos) y en la "burbuja financiera" controlada por los grandes consorcios financieros sionistas (desde la Reserva Federal y los bancos centrales europeos y asiáticos), sus motores de crecimiento y expansión a escala global.
A su vez, la repercusión más inmediata de la suba récord de los precios del petróleo -según los expertos- puede llevar a una escalada mundial de los precios de los alimentos de consumo diario en el 2008, esenciales para la supervivencia, debido a la alta incidencia de los combustibles en sus costos, principalmente en el sistema de producción y comercialización y en el transporte.
La suba de los alimentos de consumo esencial, a su vez, actúa como principal disparador de la tasa de inflación y del consecuente proceso de recesión económica que conlleva lo que los expertos denominan estanflación.
Pocos observadores previeron la actual escalada, a excepción de algunos como el banco de inversión Goldman Sachs, que desde 2005 predijo un alza de los precios y apuesta ahora por un barril de petróleo a 105 dólares para fines de 2008.
Citado por AFP, David Kirsch, analista de la consultora PFC Energy en Washington, estimó que existen fuertes posibilidades de que los precios superen los 100 dólares en 2008, aunque dio cuenta de "algunas incertidumbres sobre la demanda".
"Un invierno frío, un ajuste de la oferta de la OPEP o un aumento más débil de la producción de los países no OPEP podrían hacer que los precios superen los 100 dólares", estimó Leo Drollas, economista jefe del Centre for Global Energy Studies, en Londres.
Del lado de los productores, los 13 integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) podrían alentar una baja de los precios si aumentan su producción, pero descartaron esta posibilidad en su reunión de Abu Dhabi a comienzos de diciembre.
Algunos señalan al cártel como directamente responsable del alza de los precios este año. "La OPEP no produjo lo suficiente, es tan simple como eso", afirmó Leo Drollas.
Para David Kirsch, 2007 fue el año "del regreso de la OPEP", ya que la influencia del cártel, que produce un 40% del petróleo mundial, se había debilitado un poco en los años anteriores.
También llamó la atención sobre lo que denominó la "'financierización' del petróleo", con el oro negro convirtiéndose en un producto de inversión para los especuladores y los fondos de pensiones.
El dato decisivo en la caída generalizada de los mercados que signó los finales de 2007 continúan siendo -según coinciden la mayoría de los analistas- el derrumbe del dólar y la escalada de los precios del petróleo y su impacto sobre los mercados y la economía global.
En lo inmediato -señalan especialistas-, varios factores adicionales, como un posible desenlace de conflictos armados en Medio Oriente y el Kurdistán iraquí, podrían incrementar a niveles inéditos el proceso de escalada en los precios del petróleo, sumándose al incremento de la demanda por baja de las reservas .
Todos los expertos coinciden en que el precio del petróleo bordeando los US$100 el barril es un factor clave para desatar un proceso inflacionario a escala global y resulta un freno para el crecimiento económico de EEUU, el principal comprador de energía de todo el planeta.
La preocupación, según The Wall Street Journal, es que el inmenso castillo financiero construido sobre los cimientos del mercado de bienes raíces podría derrumbarse, lo que desaceleraría la economía estadounidense con un efecto dominó recesivo sobre la economía global, tal como lo vienen anticipando el FMI, la Reserva Federal y el Tesoro norteamericano, además de las autoridades monetarias y principales gurúes (Greenspan, entre ellos) de los países centrales.
Y en esta dialéctica interactiva petróleo-economía mundial-conflictos geopoliticos el oro negro ya se ha convertido en el eje estratégico de una potencial crisis global del sistema capitalista que puede estallar en el 2008.
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más referenciados de la red.
Agencias IAR AIP JPMM
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