Entre 2001 y 2006 nueve tenientes coroneles abandonaron el Ejército, 31 mayores, 71 capitanes, 345 tenientes y 567 subtenientes, es decir, un total de 1.023 oficiales y jefes de las Fuerzas Armadas, aunque la mayoría de los desertores fueron soldados rasos.
Según el Código de Justicia Militar mexicana, los desertores están sujetos a un proceso por el abandono de sus responsabilidades y se consideran prófugos de la justicia. La cifra total de deserciones equivale a la tercera parte del personal con que cuenta actualmente el Ejército y resulta llamativa si se compara con el abandono registrado en ejércitos en guerra como los de Estados Unidos o Inglaterra, en los que el promedio de deserciones ronda los 3,000 efectivos anuales, indica Milenio.
Defensa argumenta que las deserciones se deben “a las dificultades de los individuos para adaptarse a la vida militar”, pero lo cierto es que la deserción de estos efectivos coincidió con la decisión de involucrar al ejército en el combate contra la delincuencia organizada, especialmente el narcotráfico. Las mafias promueven la deserción para luego ponerlos a su servicio a cambio de una buena paga, que no logran obtener el el Ejército.
Solo en 2004, cuando se intensificó la guerra de carteles de la droga por el control de territorios, 203 militares de alto rango abandonaron el Ejército. La cifra más alta de deserciones de oficiales ocurrió en el año 2000, con 358 efectivos, cuando, según la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía), nace el brazo armado del cartel del Golfo, “Los Zetas”, encabezado por el ex teniente Arturo Guzmán Decena, desertor del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales.
Además, se detectaron ex capitanes y ex tenientes en la guardia personal del conocido narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán. Según la Sedena, entre 1985 y 2006 desertaron 347,055 militares, cifra similar al total de efectivos con los que cuenta ahora mismo el ejército.
Al igual que con el Ejército, la Armada y las Fuerzas Aéreas mexicanas registraron la mayor cantidad de deserciones en 2000, señala el rotativo. Los oficiales mexicanos desertores son considerados elementos altamente capacitados para el manejo de armas y estrategia militar, que luego de abandonar las fuerzas armadas , se ponen al servicio de los diversos carteles del narcotráfico y la delincuencia organizada.
Agencias EDLP JPMM
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