
Sin embargo, no está claro que la huelga que los choferes de ese sindicato sea pacífica. “Nosotros vamos a estar en el terminal de Renca, Brasil con Vicuña Mackenna”, cuenta Cifuentes. De ahí a que esa estadía sea en buenos términos es otro cuento. “No podemos asegurar eso”, dice.
Igual de tajante es para fijar la postura de los conductores en cuanto a las diferencias que los separan de la empresa en esta negociación. “No nos bajamos un peso”, advierte Cifuente. La huelga fue votada por los 765 miembros del sindicato. “¿Si podríamos reiniciar las conversaciones el fin de semana? Nuestros celulares van a estar encendidos”, agrega Cifuentes.
Las distancias no son menores. La asamblea del sindicato solicitó un aumento de las remuneraciones a $485.000 líquidos. En un primer momento, el ofrecimiento de la empresa se empinó por los $430 mil, pero fue rechazado de plano, pues los dirigentes tenían conocimiento que los convenios firmados con otros trabajadores fueron fijados en $435 mil.
Los trabajadores insistieron en la cantidad solicitada. La empresa adujo que de aceptarla, podría llegar a la quiebra. Pero sacó del bolsillo otra propuesta: llegar progresivamente a los $471 mil en junio de 2010. El rechazo fue rotundo. Es más, los dirigentes aseguraron que, de irse a huelga subirán la puntería a $545 mil líquidos.
Pese al escenario de paralización, la empresa aseguró que operará sin problemas mayores. “SuBus va a funcionar normalmente”, comentó el presidente del directorio, Héctor Moya. “Es posible que tengamos alteraciones mínimas, pero tenemos la cantidad de conductores suficientes para movilizar nuestros buses, ya que tenemos tres conductores por bus y los que están paralizando en este huelga será uno por bus”, respondió el retrógrado representante de los empresarios.
Agencias LN JPMM
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