El estudiantado chileno saldrá nuevamente a las calles del país el próximo 8 de mayo, para reiterar su rechazo al lucro en la educación, y en reclamo de una enseñanza pública, gratuita y de calidad.
"El movimiento estudiantil tiene que permanecer tremendamente vivo y con el espaldarazo que tuvimos de nuestros compañeros que mantienen su convicción a tope, hay que mantenernos movilizados", declaró a Radio Cooperativa el vocero de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), Andrés Fielbaum.
La intención es seguir avanzando para que se valore la educación como un derecho, subrayó el también presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile. Fielbaum recordó que se trata de un año de elecciones para el país, y aseguró que los jóvenes se sumarán además a la Marcha Nacional por el Agua, prevista para el 22 de abril, y estarán presentes también en la movilización del 1 de Mayo, por el Día Internacional de los Trabajadores.
El cronograma de manifestaciones fue acordado la víspera en una reunión de la Confech en la sede de Pucón de la Universidad de la Frontera, en la sureña región de La Araucanía. Unas 200 mil personas marcharon en varias ciudades del país el 11 de abril último, contra el lucro en la educación y en defensa de la enseñanza pública.
En Santiago de Chile, los organizadores calcularon en 150 mil el número de ciudadanos que participó en la multitudinaria manifestación, en la cual se dieron cita estudiantes, profesores, trabajadores de otros sectores, incluso padres acompañados de hijos menores de edad. "Y va a caer, y va a caer, la educación de Pinochet", "Chilenos: salgan a marchar, para que sus hijos puedan estudiar", fueron algunas de las expresiones más coreadas por la multitud. Desde las grandes movilizaciones de 2011, los estudiantes chilenos reclaman una profunda reforma al actual sistema educativo, heredado de la dictadura de Augusto Pinoche (1973-1990), régimen que redujo a menos de la mitad las erogaciones públicas a la educación e incentivó los colegios privados.
Con esa fórmula, las reformas de Pinochet establecieron en Chile uno de los sistemas educativos más desiguales, de mala calidad y costosos del orbe, según un dictamen de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo.
El sábado, al ser proclamada candidata presidencial por los partidos Socialista y Por la Democracia, la expresidenta Michelle Bachelet citó entre las prioridades de su futuro Gobierno, en caso de retornar al Palacio de La Moneda, poner fin al lucro en la educación. Bachelet consideró necesario garantizar un sistema que asegure una enseñanza pública integradora y de calidad en todos los niveles, que ponga fin al lucro, y que avance decididamente hacia la gratuidad universal.
Agencias Prensa AIP PL PM RMP
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