martes, 18 de septiembre de 2018

DONALD TRUMP, EL SANCIONADOR SANCIONADO

El bipolar y circense mandatario estadounidense, Donald Trump, vuelve una vez más a la carga con nuevas sanciones contra China. El anuncio de nuevos aranceles sobre importaciones chinas por 200.000 millones de dólares forma parte de la agresión económica comercial, no solo contra China, también replica en la Unión Europea, Rusia y amenazas a los países emergentes. 

Las medidas sancionadoras del gobierno de Trump, tienen a una buena parte del mundo, en el desconcierto, la incertidumbre y la toma de distancia de la gestión presidencial de Trump, el cual ante su guerra comercial desatada, busca no perder su influencia y hegemonía en la esfera de los económico comercial, lo que además se torna un tanto peligroso, pues no sería raro, que las medidas de Trump con respecto al resto del mundo, nos podría conducir a una eventual guerra nuclear, de incalculables consecuencia a escala global.

 En este sentido cabe recordar que la primera y segunda guerra mundial, fueron desastres bélicos entre los diversos intereses geopolítico-capitalistas, en donde primaron los chauvinismos, los nacionalismos y el proteccionismo en lo económico comercial.

La prepotencia y agresividad de Trump, es de tal envergadura que incluso amenazo a China, al decir que si este país toma medidas de venganza contra nuestros agricultores o contra otras industrias, vamos a seguir inmediatamente con la fase tres, con aranceles en aproximadamente 267.000 millones de dólares de importaciones adicionales”, afirmo el bipolar mandatario. Lo que agrava aún más esta guerra comercial, donde parece ya no existir espacio para la distensión y negociación en materia económico comercial.

Con estas medidas el mandatario estadounidense, busca presentarse ante el mundo, como una blanca paloma, como un a víctima, y que todos los males que padece Estados Unidos se deben a sus socios más cercanos, como la Unión Europea, China, Rusia y las llamadas economías emergentes del sudeste asiático, la India, Turquía, Irán y otros países.

Al Sr. Trump le cuesta digerir y entender que en el mundo está naciendo una nueva configuración geopolítica internacional, en donde los EE.UU. ya no tiene "la sartén por el mango" y que muchos países buscan alinearse con aquellas naciónes con los cuales pueden llegar a acuerdos bilaterales o multilaterales que sean de mutuo beneficio, en donde todos ganen y no solo para el que busca imponer sus criterios en el plano económico comercial.

También al mandatario estadounidense le cuesta aceptar que los problemas que padece EE.UU. se deben a la mala gestión de sus prácticas económicas y comerciales, de los gobiernos anteriores a su actual gestión. Pues las reglas internacionales en estas materias siempre han estado claras y los países actúan de acuerdo a lo ya acordado, de allí que es una gran falacia que los responsables de la salud de la economía estadounidense se encuentren fuera del país.

 Lo cierto es que el Sr. Trump está dispuesto a acusar al resto del mundo, de cualquier cosa con el objeto de mantener la supremacía de Estados Unidos, con respecto al resto del mundo, pues dentro de sus exabruptos verbales siempre están las palabras sanciones, amenazas o castigos fulminantes a los países que no se sometan a sus dictados. De allí las amenazas con aplicar tarifas punitivas contra todo país que no juegue limpio en el comercio con Estados Unidos. “Si los países no hacen tratos justos con nosotros, serán ‘tarifados"”, ha expresado el mandatario estadounidense.

De allí que no es raro, que China decida responder en los mismos términos que lo hace el bipolar mandatario estadounidense, empujando al país asiático a una serie de contramedidas. Al respecto el portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores, Geng Shuang, manifestó que “si Estados Unidos adopta nuevas medidas sobre derechos aduaneros, China tomará medidas de represalia para defender sus derechos e intereses legítimos”. Para luego agregar que "China no aceptará las acciones unilaterales de EE.UU. y el proteccionismo comercial", o sea el sancionador, sancionado por el gigante asiático.

Mientras tanto crecen las presiones contra los aranceles en Washington y las declaraciones de Trump han dejado a los candidatos republicanos en una posición incómoda frente a los comicios de medio mandato de noviembre, que se anuncian reñidos, en donde incluso Trump se juega su permanencia en el gobierno, pues si los demócratas logran controlar el Congreso y se posicionan de una mejor situación en el Senado, los demócratas la tendrían más fácil para desatar un procesos de destitución de Trump del poder, de allí las amenazas del presidente de una presunta guerra civil en su país.

También cabe destacar que la semana pasada, más de 80 grupos de presión del sector agrícola, industrial, tecnológico, de los servicios y de la distribución anunciaron el lanzamiento de una amplia campaña en contra de la política proteccionista de Trump. En donde además la tendencia es la protesta gradual de diversos sectores empresariales, que ya comienzan a sentir las consecuencias de las medidas proteccionistas de Trump.

Incluso el Banco Central estadounidense manifestó la semana pasada que la guerra comercial desatada por Trump está preocupando y presionando a las empresas estadounidenses, las que estarían repensando hacer nuevas inversiones, pues estiman que en el futuro inmediato es muy incierto bajo la gestión presidencial de Donald Trump.

Lo cierto es que las medidas proteccionistas del gobierno de Trump y su guerra comercial con el resto del mundo, se están transformando en una espiral cada vez más peligrosa, que puede conducir al mundo a una crisis económica internacional de imprevisibles consecuencias y que ponga en peligro la poca estabilidad política y económica mundial que va quedando a escala global.

 Por Eduardo Andrade Bone

Agencias  Prensa  PM  RMP  PI  EAB  MP/AIP

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