sábado, 8 de febrero de 2014

Y EL PARAISO CAPITALISTA NO LLEGO A BOSNIA-HERZEGOBINA


Ahora, con una velocidad asombrosa, los analistas ya están hablando de una "primavera bosnia". 

En Tuzla, Mostar, Zenica y Sarajevo, los manifestantes incendiaron edificios gubernamentales y ha habido protestas en gran parte del resto del país. Cientos de personas resultaron heridas, incluidos policías. Los políticos condenaron a los "vándalos" por la violencia, pero muchos están asustados. 

Las fotos de autos lanzados a un canal en Zenica, presumiblemente pertenecientes a políticos, se volvieron virales. Los problemas comenzaron el miércoles en la ciudad norteña de Tuzla. Trabajadores de varias fábricas que fueron privatizadas y están en bancarrota se unieron para exigir acción en torno a los empleos, salarios pendientes y pensiones. A los obreros se les juntaron estudiantes y activistas políticos. Después de que empezaron a arrojar piedras contra en tribunal local, estalló la violencia. 

La guerra de cuatro años en Bosnia terminó en 1995 y desde entonces ha habido pocas protestas sobre temas sociales. Hasta 2006 hubo avances para convertir a Bosnia en algo parecido a un estado más funcional. Pero de un tiempo a esta parte, los políticos bosnios se quedaron en un estado de absoluto estancamiento y, como el resto de los Balcanes occidentales, el país ha sido duramente golpeado por años de crisis económica. Bancarrotas El desempleo alcanza el 27,5% y ninguno de los indicadores económicos apunta a una recuperación seria. Las industrias de la era socialista, que dominaban ciudades como Tuzla, quedaron mayormente en ruinas tras la guerra. 

Las privatizaciones solían ser corruptas, con gente bien conectada comprando compañías para despojarlas de sus activos y lograr una ganancia rápida, antes de declararlas en bancarrota. Durante años, los bosnios han estado furiosos con sus políticos, sobre quienes existe la creencia universal de que son corruptos. Pero la guerra dejó a la gente apática, asustada y cínica. Los años del conflicto causaron profundos traumas que hicieron que la indignación por el modo en que los políticos prosperaban mientras los niveles de vida declinaban fuera reprimida por temor a un retorno a la guerra. 

Estado disfuncional 

El problema político básico de Bosnia es que la guerra dejó a su pueblo con un estado disfuncional. El país está dividido en dos partes principales. La mitad es la República Srpska, dominada por los serbios, cuyo líder Milorad Dodik desea convertir en un estado independiente. La otra mitad es llamada la Federación y se compone de diez cantones, dominados por bosniacos (antes llamados bosnios-musulmanes) o por los croatas bosnios. Cada cantón tiene su propio gobierno, que se superpone entonces sobre los consejos locales, de ciudades y pueblos. Finalmente, una ciudad, Brcko, que es una entidad autónoma. 

Con apenas 3,8 millones de personas, a veces se dice que lo que Bosnia necesita realmente es sólo un alcalde, pero las divisiones étnicas significan que es imposible cambiar la situación. De hecho, desde 2009 los líderes de Bosnia han estado preocupados por el "caso Sejdic-Finci" que, si bien es importante en sí mismo, no tiene relevancia para la mayoría de la gente, más interesada en empleos, escuelas y cuidado de la salud. 

 Bajo los términos de los acuerdos de paz de Dayton, que pusieron fin a la guerra en 1995, algunos puestos clave, como los de miembros de la presidencia tripartita, están reservados sólo para serbios, croatas y bosnios. Esto fue impugnado con éxito ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por Jakob Finci y Dervo Sejdic, judío y gitano, respectivamente. Economía descuidada Desde entonces, funcionarios europeos y estadounidenses han probado todo para convencer a los líderes de Bosnia de adaptar la constitución, pero sin éxito. Sin embargo, asuntos como estos han dejado sin aire al debate político y la economía siempre queda descuidada. Todos los países balcánicos, incluida Croacia, que se integró a la Unión Europea el año pasado, fueron afectados por la crisis económica y comparten muchos de los mismos problemas. 

Pero en Bosnia el legado de la guerra significa que son pocos los que aún esperan un cambio. Por este motivo, la ira ha fermentado durante años, pero ahora está hirviendo. ¿Cambiarán realmente algo las protestas? Dos puntos importantes. Primero, las protestas sociales del verano en Sarajevo se desvanecieron muy rápidamente, a pesar del entusiasmo. Segundo, hasta ahora las protestas son mayormente un asunto de los bosnios. Mientras los manifestantes han sido abiertamente antinacionalistas, en lo que va de las protestas no se han extendido a la República Srpska ni a las áreas predominantemente croatas, ni siquiera porque todos en Bosnia enfrentan exactamente los mismos problemas económicos. 

Gran año 

 Este año el calendario bosnio tiene tres acontecimientos grandes. Habrá elecciones, su equipo de fútbol -mayormente apoyado por bosnios- jugará en el Mundial de Brasil, y Sarajevo conmemorará el centenario del evento que cambió al mundo: el asesinato del archiduque Francisco Fernando en junio de 1914, que detonó la Primera Guerra Mundial. Todavía es demasiado pronto para afirmar si 2014 será alguna vez recordado como el año que cambió a Bosnia. Pero hoy las esperanzas son altas. "Mi impresión es que no hay vuelta atrás", indica Dusica Ikic-Cook, una administradora de empresas en Tuzla. "Creo que lograremos resultados, aún si sólo la Federación acaba con su inmensa administración, que está succionando todo nuestro dinero". 

Agencias  Prensa   PM  BBC  AIP  RMP
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