Trece millones y medio de chilenos están llamados a votar este domingo en las primeras elecciones presidenciales que se celebran bajo la modalidad del voto voluntario. Con Michelle Bachelet como favorita en todas las encuestas, los interrogantes no apuntan tanto a los resultados como a la participación.
Desde el retorno a la democracia del país andino tras el 'no' a Pinochet en 1988, la ley electoral contemplaba sanciones a quienes se hubieran inscrito en el padrón y no acudieran a votar. El nuevo sistema de inscripción automática y voto voluntario amplía su censo en cinco millones de potenciales de votantes, de los que un 80% son menores de 35 años. Se aplicó por primera vez en los comicios municipales de 2012, rozando el 60% de abstención.
Votaron apenas seis millones de ciudadanos, de los cuales sólo el 10% fueron jóvenes. A dos días de las elecciones, hay pronósticos para todos los gustos. Se espera que entre 7 y 9 millones de electores acudan a las urnas el próximo domingo. Lo hará el 61% de los chilenos, según un sondeo de opinión publicado por la Universidad de Santiago de Chile. Del otro lado de la balanza, el último estudio del Centro de Estudios Públicos presagia un 53% de absentismo. "Nadie sabe qué va a pasar", ha dicho su director David Gallagher. "Porque más de la mitad de los chilenos no muestran interés por la política o se consideran directamente apolíticos".
Para luchar contra la apatía juvenil, varias organizaciones no gubernamentales y plataformas de estudiantes están pidiendo el voto a la desesperada en las redes sociales, tratando de prender la llama de las movilizaciones sociales de 2011. Por su parte, los nueve candidatos han sumado esfuerzos para vencer al monstruo del absentismo en un vídeo a ritmo de 'reggaetón' que forma parte de la campaña Participar es un derecho que está difundiendo el Instituto Nacional de Derechos Humanos.
Un alto absentismo supondría un nuevo varapalo para la Alianza de lidera Evelyn Matthei y garantizaría el triunfo de la ex mandataria en primera vuelta. Pero Bachelet necesita una 'mayoría simbólica' que legitime el programa de profundas reformas educativas y tributarias que quiere llevar a cabo, así como la modificación de la Constitución heredada de la dictadura.
Su coalición ha fichado a algunos líderes del movimiento estudiantil (como Camila Vallejo, ahora candidata a diputada), pero está muy lejos de ser la alternativa política de los jóvenes, que representan el 26% del padrón electoral. Los Blue Splendor, mítico grupo de los años 60, fue el encargado de cerrar la campaña de la Nueva Mayoría bacheletista en Valparaíso. Pero ninguno de los escasísimos jóvenes que acudieron esa tarde a la plaza de la Victoria se sabía las letras.
Agencias Prensa PM RMP DEP AIP
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