domingo, 6 de diciembre de 2009

CHILE...FIN A LA EXCLUSIÓN, NO AL PINOCHETISMO


El electorado va a ser mucho más exigente después de la primera vuelta,
en relación con los compromisos del presidenciable que enfrente a
Piñera, porque ya la gente no se conforma con elegir el mal menor, sino
que quiere sentar las bases para transformaciones sentidas por el pueblo.


Casi nada falta para que los electores y electoras elijan Presidente y
parlamentarios. Las incógnitas son tres: quién será el que junto a
Piñera pase a la segunda vuelta, quiénes serán los diputados elegidos en
el pacto instrumental Concertación-Juntos Podemos, que pretende iniciar
el proceso de término de la exclusión política en Chile y luego, para la
segunda vuelta, la incógnita es cómo se ordenarán los distintos actores
políticos. Se diga lo que se diga, el debate que se ha iniciado y el que
viene se centrarán en estos aspectos cruciales.


Mucho de lo que se asevere antes de la primera vuelta puede cambiar
abruptamente en relación a la segunda, porque, en definitiva, quienes
van a decidir son los electores concertacionistas, progresistas e
izquierdistas, puestos ante la disyuntiva de abrir paso o no a un
eventual triunfo de la derecha.


Cuáles son los factores que podrían incidir fuertemente en las
decisiones para la segunda vuelta. Si es Frei el que enfrenta a Piñera,
deberá tener en cuenta el estado de ánimo del electorado de izquierda,
hasta ahora extraparlamentaria. Si el pacto instrumental tiene éxito, lo
más posible es que ese electorado una vez más se pronuncie contra la
derecha, con excepciones por cierto. Si el resultado del pacto es
negativo la reacción se tornará compleja. Y, en el caso del electorado
que apoye a Marco Enríquez-Ominami, que se ha especulado en parte puede
ir a la derecha o anular el voto, la tarea de Frei será reencantar a los
muchos ex concertacionistas, el asunto es el cómo.


Si es Marco Enríquez-Ominami quien pasa a segunda vuelta, tendrá que
lidiar con el electorado DC, o una parte de él. También, con la
disposición del PS, tarea no fácil, y con el electorado de la izquierda,
que tendrá en cuenta dos cosas, la actitud de Marco en la lucha contra
la exclusión (que algunos de sus adherentes han deslegitimado) y la
coherencia de sus planteamientos con los grandes objetivos del programa
de Jorge Arrate.


Si es Jorge Arrate el que pasa a segunda vuelta, creo que no tendría
mayores dificultades con los electores de las tres corrientes de las que
hablamos. Es el más creíble, tiene una mirada abierta al acuerdo y un
programa de transformaciones democráticas profundas. Los que no votarán
por él actuarán de esa forma más por un prejuicio, que por falta de
ganas de hacerlo. De todas maneras votar por Arrate en primera vuelta es
un sustento claro a sus planteamientos profundos y certeros y una
garantía de la permanencia y la lucha por los objetivos que representa.


Mi percepción es que el electorado va a ser mucho más exigente después
de la primera vuelta, en relación con los compromisos del presidenciable
que enfrente a Piñera, porque ya la gente no se conforma con elegir el
mal menor, sino que quiere sentar las bases para transformaciones
sentidas por el pueblo. Por ello mismo, se va a producir una
polarización política que exige una alta responsabilidad de conducción
de los dirigentes de los diversos partidos o conglomerados que deben
responder al clamor de los electores que no quieren un nuevo gobierno de
derecha, pero que al mismo tiempo exigen transformaciones reales. //LND


*Presidente del Partido Comunista, candidato a diputado por el distrito 28.*



Agencias Prensa LND AIP JPMM
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