martes, 8 de septiembre de 2009

CUBA...MÚSICA CONTRA EL BLOQUEO


La cultura se pone por delante de la política. La música rompe el bloqueo de la cerrazón bilateral. No es nuevo: en el mundo sobran precedentes de ello y también en este país la escena, la plástica y los libros suelen ocupar espacios críticos y frescos que escapan al corsé de la ortodoxia ideológica. Pero es hoy cuando Cuba vive la conjunción astral adecuada y alberga los planes necesarios para convertir el arte en avanzadilla y acelerador de un giro en las relaciones con Estados Unidos.


Un próximo macroconcierto de estrellas del pop y la trova con Juanes, Miguel Bosé y Silvio Rodríguez en la Plaza de la Revolución y otro de clásica a cargo de la Filarmónica de Nueva York en el mejor teatro de La Habana son los grandes exponentes de una reconciliación cultural que toma ya la delantera al diálogo político.


La predisposición en la dirigencia parece lo bastante propicia, pero en la sociedad de la isla resulta inmejorable. Hay hambre de cosas buenas. El cubano necesita darse una buena alegría; un meneo en el ánimo que le sacuda las penas por la crisis del sistema capitalista que también los afecta. Un subidón que lo eleve por encima de las miserias de la eterna pelea con el enemigo y lo reúna espiritualmente con el hermano que prefirió irse.


El cantante colombiano Juanes, acompañado por Bosé, Rodríguez, los Van-Van y seguramente Víctor Manuel, entre otros, está a punto de dar esa alegría al cubano. Será, si el plan no se tuerce por el mal rollo de los de siempre, el 20 de septiembre ante las 600.000 personas que caben en la Plaza de la Revolución; donde, hace 11 años y medio, Juan Pablo II pidió "que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba".


El Concierto por la Paz lo ideó Juanes tras promover y coprotagonizar uno similar en la frontera entre Colombia y Venezuela, con gran éxito, el año pasado. El de Cuba lo planificó con Silvio y con el trovador y productor cubano para este acto, Amaury Pérez, durante la sorpresiva visita que el cantante de La camisa negrahizo a la isla en junio.


Cuando el concierto se anunció el 5 de agosto en la prensa oficial, la noticia causó sensación entre los jóvenes cubanos. Pero también desató un huracán de furia en el sector neofascista de Miami. Un grupo llamado Vigilia Mambisa organizó una quema camisas negras y destrucción de discos de Juanes, a quien sin derrochar imaginación acusó de "ponerse la camisa roja" y de ser "amigo de los asesinos Castro".


Algunos artistas convocados al concierto se descolgaron, si bien la lista completa de invitados no se hizo pública ni es aún definitiva. En todo caso, Juanes, ganador de cinco de cinco Grammy latinos, se granjeó el respaldo y el respeto de casi todos sus colegas cuando subrayó que su mensaje era "de paz y tolerancia"; que no iba a tocar para el régimen sino a "interactuar con el pueblo" sin hacer cuentas del pasado "porque estos es el presente".


Mientras Gloria Stefan y Willy Chirino dijeron comprender a Juanes pero aclararon que no actuarían en la Cuba de Castro, Plácido Domingo ofreció un impagable espaldarazo al colombiano al apoyar su "valiente decisión" y asegurar que para él "sería una inmensa alegría" cantar en la isla.


Juan Formell, líder de la gran orquesta de salsa Van-Van, consideró que "un concierto por la paz y sin ideología es bueno; contribuye a aliviar tensiones" con EE.UU. a facilitar los intercambios culturales. Unos intercambios aún complicados y a veces imposibles.

A finales de julio visitaron Cuba, en misión "investigadora", los actores de Hollywood Bill Murray, Robert Duval, James Caan y Benicio de Toro, quien recibió un premio de las autoridad cultural. Hacía poco que Washington había autorizado el concierto que la Filarmónica de Nueva York ofrecerá en octubre en el Amadeo Roldán de La Habana.


A primeros de agosto, la rapera neoyorquina Lumidee grabó un vídeo en La Habana, otro hecho bastante insólito en los más de cuatro decenios que dura el embargo. Y hubo más. El día 7, doce actores cubanos protagonizaron junto a estudiantes y colegas estadounidenses, en la Universidad de Alabama, la versión en español del Sueño de una noche de Verano, de Shakespeare. Días después el colectivo ofrecería la obra en el teatro Bertolt Brech de la capital cubana.


El pintor isleño Vicente Hernández viajó hace días a Coral Gables (Florida)para inaugurar la muestra "De un extraño pueblo". Hernández ya pidió el visado en 2007, pero entonces le fue denegado.


Hay más intercambios y proyectos. Y no todas las idas y venidas son fáciles. Silvio Rodríguez no pudo asistir en mayo al concierto por el 90 aniversario de Pete Seeger en el Madison Square Garden de Nueva York, pues no le fue concedida la visa para su estadía.


Silvio ve ahora la parte llena de la botella. En minientrevista escrita con La Vanguardia, el trovador cubano dijo que los intercambios culturales "se adelantan a la política y con ello facilitan una posible mejora en las relaciones". Y subrayó: "Los que hacemos la cultura queremos la paz".

Agencias Prensa LV AIP JPMM
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