sábado, 13 de diciembre de 2008

ESPAÑA...ENTREVISTA: EE.UU. DEBE RECONOCER LOS CRÍMENES DE GUERRA

Las imágenes de Abu Ghraib quedarán como el "testimonio gráfico" de la Administración Bush, o al menos eso piensa el escritor y periodista Philip Gourevitch, director del 'Paris Review' y coautor, junto con Errol Morris, de 'La balada de Abu Ghraib' (Debate, 2008), donde ahonda en la herida abierta de las torturas cometidas por los soldados norteamericanos.


Pregunta.– Al cabo de cuatro años, da la impresión de que los fantasmas de Abu Ghraib están más vivos fuera que dentro de Estados Unidos. ¿Acaso han decidido los americanos pasar de hoja?

Respuesta.– Yo creo que los crímenes de Estado en la guerra contra el terrorismo han tenido un gran efecto en el estado de ánimo del país en estas elecciones. Se habló muy poco sobre la tortura durante la campaña, es cierto, sobre todo teniendo en cuenta que uno de los candidatos fue torturado en tiempos... Pero si hay una imagen que hemos proyectado al mundo después del 11 de Septiembre, ésa es sin duda la de los abusos en Abu Ghraib. Sólo así se explica la reacción de los americanos tras estas elecciones, esa sensación de alivio y liberación que experimentamos. Más que una declaración de amor hacia Obama o una celebración del primer presidente negro en la Historia, creo que la gente celebró la caída de un régimen. Los americanos no salen fácilmente a la calle y lo que vivimos el 4 de Noviembre fue lo más parecido a una revolución o al fin de una dictadura.


P.– ¿Llevará mucho tiempo borrar la imagen de Abu Ghraib?

R.– América tendrá que hacer acto de contrición. Tenemos que reconocer que hemos cometido crímenes en el nombre de la seguridad y de la libertad. Debemos admitir que la seguridad de este país no se ha fortalecido, sino debilitado por esta cadena de abusos.


P.– ¿Lanzará Obama una investigación sobre las torturas?

R.– Quizás, pero no anticipo que haya juicios por este asunto. Obama va a ser muy cauto. No creo que esté dispuesto a mirar excesivamente hacia atrás. En todo caso se moverá hacia adelante: es una buena señal que haya anunciado su intención de cerrar la prisión de Guantánamo. Es de esperar que ordene la revisión de las técnicas de interrogatorios y que haya una orden ejecutiva que deje muy claro que en este país no se puede torturar. Pero hemos tenido señales ambiguas por parte de los demócratas: el Congreso aprobó recientemente el uso de técnicas como el ahogamiento fingido.


P.– ¿Hasta qué punto se puede culpar a Bush de los abusos?

R.– Bush no es un idiota. Se dejó influir por Dick Cheney y Donald Rumsfeld, pero no es un estúpido. El presidente no puede decir que no estaba al tanto de lo que ocurría. También es en gran parte responsable de lo que vino después: no se puede dar por zanjado lo ocurrido en Abu Ghraib, descargando la responsabilidad sobre siete soldados, alegando que eran unas "manzanas podridas".


P.– Su libro recoge el testimonio de primera mano de soldados que fueron condenados por lo ocurrido. ¿Hasta qué punto ha cambiado su percepción tras hablar con ellos?

R.– Después de hablar con ellos no me cabe la menor duda de que fueron usados como chivos expiatorios o más bien como instrumentos de un poder criminal. Los soldados que estaban en Abu Ghraib recibieron instrucciones imprecisas de romper a los prisioneros y tomaron esas fotos por diversión. En el fondo, nos hicieron a los americanos un gran favor documentando lo que hacían.


Agencias Prensa EL AIP JPMM
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