Cuestionablemente no quedó entre los "Grandes chilenos" de TVN, pero de seguro ganaría con un chancho al hombro un concurso sobre los "Grandes porteños". Luis Emilio Recabarren (1876-1924), obrero, escritor, dramaturgo, diputado sin juramento y fundador del Partido Comunista chileno, vuelve a su querido Valparaíso en el Ciclo de Seminarios de Aula Abierta Arcis (Baquedano 8 esq. Av. Francia), donde se analizará su pensamiento político y social en tres sesiones (los lunes 13, 20 y 27 de octubre a las 19 horas).
El intelectual será profundizado por Jaime Massardo, académico de la Universidad de Valparaíso y doctor en Historia de la Universidad de París III-La Sorbonne Nouvelle y quien hace un par de meses lanzó el libro "La formación del imaginario político de Luis Emilio Recabarren". Allí se introduce desde una perspectiva revisionista, en las tradiciones culturales democrático-republicanas, libertarias y socialistas, con las que el intelectual va elaborando representaciones de lo político y formando el lenguaje de los trabajadores.
PORFIADO
Las ideas de Recabarren permearon a la clase obrera de principios de siglo XX desde muy temprano. Obrero tipográfico desde pequeño, fundó diferentes organizaciones y periódicos que fomentaban la solidaridad entre la clase obrera, e incluso se hizo cargo de la dirección y redacción del periódico El Trabajo en Valparaíso.
Agnóstico acérrimo, no pudo asumir como diputado por el Partido Demócrata en 1906, pues se negó a prestar el juramento de rigor. Las persecuciones no tardaron. Luego de publicar duros artículos sobre la situación de los trabajadores en el norte, fue apresado por ocho meses. Y libre, partió hacia Antofagasta, donde creó el periódico La Vanguardia.
Fundador de movimientos, se integra al Partido Socialista en Argentina. De vuelta en Chile y tras estar nuevamente preso por 18 meses, en 1911 se radicó en Iquique y molesto con su partido, fundó el Partido Obrero Socialista (POS) y el diario El Despertar de los Trabajadores. En 1918, en Argentina, participó en la fundación del Partido Comunista y, obnubilado con la Revolución Rusa, acordó iniciar gestiones para incorporarse a la Tercera Internacional y transformarse en el Partido Comunista de Chile. Candidato a la presidencia de la República en 1920, cuatro años después se suicidó, pero dejó el camino pavimentado para los movimientos obreros en el país.
Agencias Prensa Por Marcelo Lara LN AIP JPMM
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