
''Realmente, lo que perjudica la producción de alimentos en los países pobres, vamos a ser claros, es la existencia de los subsidios y las barreras en los países ricos'', dijo Amorim a periodistas.
''Lo que la comunidad internacional debería estar discutiendo es la eliminación total de los subsidios a la agricultura europea y de Estados Unidos porque ... lo que impidió el crecimiento de la producción de alimentos en países africanos, en países sudamericanos, son los subsidios, no los biocombustibles'', afirmó.
''Que me conste, nadie dejó de producir alimentos en Africa para producir biocombustibles. Antes no producían alimentos y continúan sin producirlos porque los subsidios agrícolas de Europa y de Estados Unidos impiden que eso ocurra'', concluyó.
Amorim respondió así a una declaración del director gerente del FMI, que estimó este viernes que producir biocombustibles a partir de alimentos plantea ''un verdadero problema moral'', en momentos en que los países pobres se enfrentan a una grave crisis alimentaria.
Strauss-Kahn ''debe estar pensando en los biocombustibles en Europa, de donde él viene'', ironizó Amorim.
''El ejemplo más claro y nítido que existe de que ese discurso está equivocado es Brasil, donde la producción de etanol aumentó junto con la producción de alimentos'', aseguró.
l tema de los biocombustibles, muchos de los cuales usan como materia prima productos alimentarios --maíz, caña de azúcar, colza-- divide las opiniones en el mundo y se ha convertido en un asunto polémico en el actual contexto de alza de los precios mundiales de cereales y otros alimentos básicos.
Brasil, líder mundial junto a Estados Unidos, en la producción de etanol que genera con caña de azúcar, defiende la producción de biocombustibles en países pobres como fuente de renta, y asegura que esta es perfectamente compatible con la producción de alimentos.
Brasil, critica que Estados Unidos y Europa tasen la importación de su bioetanol, lidera también el llamado Grupo de los 20 (G20) países en desarrollo que reclama el fin de los subsidios agrícolas de los países ricos.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva fustigó las críticas a los biocombustibles al inaugurar en Brasilia la 30 Conferencia Regional de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO): ''esa polémica entre alimentos y biocombustibles yo no la acepto'', dijo Lula.
''El verdadero crimen contra la humanidad será descartar a priori los biocombustibles, y relegar a los países estrangulados por la falta de alimentos y energía a la dependencia y la inseguridad'', dijo el mandatario brasileño.
Fue una alusión directa al relator especial de la ONU para el derecho a la alimentación, el suizo Jean Ziegler, quien consideró ''un crimen contra la humanidad'' la producción masiva de biocarburantes.
Agencias ENH AIP JPMM
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