En una rueda de prensa celebrada a su llegada a Brasilia, el presidente ecuatoriano aseguró que se daría por "satisfecho" sólo con un "rechazo categórico" de la OEA, aunque esto no afectaría a las relaciones con Colombia, que continuarán "rotas".
Correa indicó que sólo se restablecerán las relaciones con su vecino en el "muy improbable caso" de que el presidente colombiano, Álvaro Uribe, "pida excusas sin tapujos", se comprometa a "no repetir estas acciones" y que reconozca la "cantinflada" de intentar relacionar a Ecuador con las FARC.
El presidente ecuatoriano insistió en que su "patria" ha sido "agredida" de una forma "canalla" y que la operación en la que murieron Reyes y otros 20 guerrilleros "no fue una persecución en caliente, sino una masacre planificada cuidadosamente".
Reiteró que Uribe le "mintió" cuando le telefoneó para informar sobre la operación y sostuvo que en el ataque fueron usadas "bombas teledirigidas" que, en su opinión, Colombia no posee y pertenecían a "una potencia que todos sabemos cuál es", en clara alusión a Estados Unidos.
Según Correa, Uribe "no quiere la paz, sino la guerra", tiene "las manos manchadas de sangre (..) es un peligro para la región" y "sabía" que Ecuador negociaba la liberación de 12 rehenes de las FARC, incluida la franco-colombiana Ingrid Betancourt.
"La hipótesis más probable", en opinión de Correa, es que Uribe "sopesó la cabeza de Reyes buscando la reelección", pero "le salió el tiro por la culata".
El mandatario ecuatoriano dijo una y otra vez que su país está "buscando una solución pacífica, que la OEA se pronuncie categóricamente rechazando la agresión, que haya una condena de la comunidad internacional y que se envíe una comisión investigadora".
Aseguró que, desde que está en el poder, Ecuador ha desmantelado más de 40 campamentos de la guerrilla colombiana instalados en su territorio, pero sostuvo que el problema es que el país vecino no defiende su frontera sur.
"Limitamos con las FARC, no con Colombia", declaró Correa, quien añadió que si el Gobierno de Uribe protegiera su frontera, Ecuador se ahorraría millones de dólares en gastos de seguridad. Correa afirmó que Ecuador "es un país pequeño, pero digno" y que no aceptará "ultrajes de gobiernos desquiciados, que no saben qué es la decencia".
El mandatario ecuatoriano llegó a Brasilia procedente de Lima, la primera escala de una gira que inició este martes para explicar la situación a varios países de la región.
Agencias EM AIP JPMM
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