Las autoridades colombianas han puesto todo tipo de trabas para entregar el cadáver de Raúl Reyes a sus familiares, según dijo hoy a La Jornada la ex esposa del jefe insurgente abatido el pasado sábado.
Ilda Collazos, primera esposa de Reyes y madre de dos de sus hijos, relató que lleva cuatro días haciendo trámites para recuperar el cuerpo sin vida de su ex esposo, que está en las instalaciones de Medicina Legal desde el pasado domingo, cuando fue trasladado a esta capital por el ejército para ser exhibido ante los medios de comunicación.
Collazos, quien se casó con Reyes en 1970, cuando éste se llamaba Luis Edgar Devia y era empleado de la compañía Nestlé en la sureña ciudad de Florencia, se mostró preocupada pues algunos funcionarios la alertaron sobre la inminente descomposición del cadáver de su ex marido.
Relató que en Medicina Legal le han indicado que debe exhibir una autorización de la fiscalía para retirar el cadáver.
“En privado, un señor que trabaja allá me dijo inclusive que las dificultades para la entrega se habían generado por una orden de la Casa de Nariño (sede del gobierno)”, afirmó.
También le explicaron que era imposible entregar el cadáver justo en los días previos a una manifestación en homenaje a las víctimas del paramilitarismo y de los crímenes de Estado que tuvo lugar al medio día de este jueves en 21 ciudades del país.
La demora en la entrega del cadáver de Reyes coincide con crecientes rumores según los cuales el líder insurgente habría recibido un tiro de gracia tras quedar con vida luego de los bombardeos efectuados por el ejército colombiano el sábado pasado.
En sus primeras versiones de los hechos, el gobierno colombiano dijo que un certero disparo de un infante de marina habría causado la muerte del jefe rebelde.
También ha cobrado fuerza una versión según la cual los ataques contra el campamento de Reyes, en territorio ecuatoriano, partieron desde la base estadunidense de Manta, situada en el área selvática de Ecuador.
La operación militar que terminó con la muerte de Raúl Reyes y otros 20 guerrilleros generó un grave conflicto diplomático entre los gobiernos de Colombia y Ecuador. Quito expulsó a la delegación diplomática de Colombia y posteriormente rompió relaciones con Bogotá.
Agencias LJ AIP JPMM
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