Muchos de los hechos de corrupción del último tiempo, que en caso
alguno son excepcionales sino metidas de pata tan grande que hicieron
imposible ocultarlas, dan cuenta de la férrea relación entre el dinero y
la política, relación enfermiza que no hace excepciones, que enloda a
todos por igual y donde solo la viveza o la inteligencia en el actuar de
los operadores, hace que algunos aún aparezcan impolutos.
El modelo no sirve, es la conclusión que se debe hacer carne en todos aquellos que de verdad aspiran a un cambio.
No habrá mejoras en el actual estado de cosas, por mucho que se den
señales de apertura en algunas materias que son importantes al menos
para un sector de la población, pero que resultan claramente
insuficientes. La razón es muy simple, el corazón del modelo sigue
intocado, siguen mandando los patrones, el capital.
Lo explico. Es válido el reconocimiento de algunos de sus derechos a
las minorías sexuales, como también que se llegue a legislar respecto
del autocultivo de marihuana, o que se establezcan condiciones para
permitir el aborto. Incluso lo es que se hayan mejorado las condiciones
para el disfrute del post natal y que se hable de aplicar convenios y
recomendaciones de la OIT, en el sector público y privado.
Pero si al mismo tiempo se presentan proyectos de ley que apuntan a
flexibilizar completamente la relación entre patrones y trabajadores, o
se propone facultar la hipoteca de las casas para que mejoren sus
pensiones aquellos que reciben ingresos de hambre, es que nos están
metiendo el dedo en el ojo.
Si se dictan leyes como la jornada de trabajo para las trabajadoras
de casa particular y del 10% de propina voluntaria que no todos los
patrones están respetando. Si además se sigue negando el derecho a sala
cuna cuando hay menos de 20 trabajadoras en una empresa, claramente se
está discriminando a la mayoría.
No es correcto, justo, ni moralmente ético, que carabineros realice patrullajes para constatar si Jovino Novoa
está cumpliendo con el arresto domiciliario y para evitar alguna funa.
Tampoco lo es que se difunda en forma majadera las celebraciones porque
se ganó una copa América, mientras se ignoran las huelgas y movilizaciones de trabajadores que reclaman derechos mínimos, como los trabajadores de Sintrasar y Sintec que están hace semanas en huelga en las diversas obras de extensión del Metro.
No resulta justo que se haya dado tanta cobertura a un caceroleo contra la delincuencia en algunos barrios de Santiago,
mientras se ignoran, demonizan y reprimen las manifestaciones con corte
de carreteras por demandas de los habitantes de diversas localidades,
las demandas de los pobladores, las exigencia porque se termine con el
robo de agua y la instalación de más y más controles pagados que van en
beneficio de las concesionarias de las carreteras. Y qué decir de la
fetidez que está invadiendo diversos lugares donde se instalan plantas
procesadoras y afectando a quienes viven en sectores aledaños, así como
la pérdida de sustento diario que cada vez afecta más a quienes sin ser
grandes empresarios viven de la pesca.
Cualquiera puede darse cuenta de esta evidente desigualdad en el
país. Sin embargo, a la hora de los quiubos se sigue haciendo lo que los
poderosos quieren, mientras los afectados aún son incapaces de levantar
una propuesta conjunta, que les permita construir un frente común
contra el abuso y la discriminación.
Esa es la consecuencia del dejar hacer, en que por tanto tiempo se ha
vivido. El resultado de la política de “avanzar en la medida de lo
posible”. Puede gustarle o no a las autoridades políticas, pero aquí
está el reflejo de lo que sucede cuando se hacen los lesos y gustan de
mantener los equilibrios. La triste realidad en la que hoy vive nuestro
pueblo y que no podemos seguir observando impasibles.
Desde el lunes 6 de julio se encuentran en huelga en Punta Arenas los trabajadores del Sindicato Epsa, empresa que presta servicios de aseo a diversos establecimientos comerciales en la cuidad.
44 trabajadores, 41 mujeres y 3 hombres, hacen la huelga en la calle frente a dos establecimiento comerciales de propiedad de Francisco Arancibia Tagle,
soportando temperaturas bajo cero además de nieve y lluvia, lo que los
ha obligados a hacer turnos por horas, para hacer frente a las
inclemencias del tiempo.
Si estás en Punta Arenas visítales en L. Navarro esquina de Rocka, o también en Lautaro Navarro 330 segundo piso (oficinas de la CGT en
la zona) o bien hazle llegar un correo de solidaridad
a lorena.merkle@hotmail.com y hasta es posible que le puedas preguntar
el número de cuenta de ahorros del sindicato para hacer llegar un
aporte.
Lo único que no se puede hacer es ignorar la huelga, es lo que quiere
el patrón. No le demos en el gusto. Pese a que tiene las leyes de su
parte no le permitamos salirse con la suya.
Tengo la impresión que ya por mucho tiempo -al menos en lo que a la
cuestión laboral se refiere- se le ha quitado el bulto a la discusión de
fondo.
Cuando en 1990 Aylwin, Cortazar y la Concertación le dieron con la puerta en las narices a la CUT y su propuesta de nuevo Código del Trabajo,
la dirigencia sindical se encontró ante la disyuntiva de mantener en
alto sus banderas o entregarse derechamente a lo que resolviera el Gobierno en cuanto a propuestas de cambio a la legislación.
Si los lectores de nuestro Pulso se detuvieran a leer las
resoluciones del Congreso Constituyente de la CUT, coincidirían con
nosotros en que dicha organización murió cuando abandonó sus banderas,
cambiándolas por las del acomodo y los acuerdos detrás de la puerta. Se
entregaron sin asco al modelo y han sido premiados por ello.
Por eso no hay que creerle nada a quienes hacen discursos para la
galería demandando reivindicaciones que saben muy bien no serán
consideradas por el Gobierno. No porque no sean justas, sino porque
ellos y sus representantes en el sindicalismo oficialista ya las
renunciaron en los acuerdos políticos que han tomado.
Sostenemos que ni ésta ni cualquier reforma que venga bajo el alero
del modelo vigente, harán justicia a las demandas mínimas de los
trabajadores. Por eso hay que rebelarse contra el modelo. Una rebelión
que se vaya articulando con todos los menospreciados y pasados a llevar,
una rebelión desde la base que nos permita ir generando la fuerza
propia y sobre ésta construir la propuesta.
Se vienen jornadas de movilización que deben ser asumidas por todos,
aplicadas de acuerdo a la realidad que se vive en cada sector social.
Desde la organización de los trabajadores comencemos a educar,
levantando una demanda mínima que sea el inicio de esa rebeldía de que
hablamos.
Por Manuel Ahumada Lillo
Presidente C.G.T. Chile
Agencias Prensa PI AIP PM RMP ECCH AIP
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