Los indignados, en su mayoría de los sectores educativos del país galo, marcharon en Seine-Saint-Denis, localidad al norte de la ciudad capitalina de París para mostrar su protesta contra las llamadas reformas laborales del Gobierno de François Hollande. "Nuestro trabajo duro tiene que ser reconocido con un estatuto jurídico adecuado, lo que también significa un mejor salario (...) para que podamos hacer nuestro trabajo correctamente (...) paguen nuestras cuentas", deploró uno de los manifestantes.
Denunciaron, asimismo, los contenidos de la hoja de ruta económica francés-alemana, dada a conocer esta semana, en la que el Gobierno pretende devaluar estos contratos garantizados a corto plazo o a trabajos a tiempo parcial, así como proponer tres años de congelación salarial. La gran mayoría de los empleados franceses reciben salarios basados en contratos a largo plazo, lo que les garantiza un futuro estable protegido, sin embargo, este tipo de contratos protegidos se ven amenazados por la nueva decisión de Hollande.
"Los socialistas gobernantes (...) no fueron elegidos para idear planes como este. No entendemos lo que el nuevo ministro de Economía (Emmanuel Macron) pretende hacer, pero está claro que la disminución salarial no ayudará de ninguna manera a nuestra sociedad". Recientemente, el sistema educativo de Francia ha estado sufriendo paralización de labores de sus empleados, quienes se oponen fuertemente a las medidas de austeridad adoptadas por su Gobierno.
Agencias Prensa AIP HSPTV RMP PM
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