Ocho mujeres afganas fueron asesinadas y otras ocho han resultado heridas el domingo en un criminal bombardeo de la OTAN, que según la organización iba dirigida presuntamente contra un numeroso grupo de guerrilleros en la provincia de Laghman, una remota región fuera del control del Gobierno títere central.
Un dirigente local afgano denunció esta mañana el bombardeo nocturno y, en un primer momento, la ISAF, la fuerza internacional en Afganistán bajo el mando de la OTAN, indicó que iba a investigar los hechos. Sí reconoció casi inmediatamente que en esa región, donde los talibanes son muy activos, había tenido lugar un ataque aéreo contra un grupo de insurgentes.
El bombardeo se ha producido en el pueblo de Dilaram, según fuentes aganas. Las mujeres se encontraban recogiendo leña cuando fueron víctimas del bombardeo, según la misma fuente afgana y medios independientes.
Poco antes, el mismo domingo, cuatro soldados estadounidense murieron por un ataque de un policía afgano. En lo que va de año, 51 militares de la Alianza neofascista han muerto en ataques perpetrados por los soldados que entrenan o por miembros de las fuerzas de seguridad. La infiltración talibán en el Ejército que, en teoría, va a hacerse cargo del país es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta actualmente tanto la OTAN como el Gobierno de Kabul.
Un portavoz de la ISAF reconoció el ataque y lamentó la muerte de civiles aunque aseguró que el bombardeo tenía como objetivo un grupo de unos 45 personas sospechozas de ser talibanes, de los que muchos fueron alcanzados por el bombardeo.
Sarhadi Zwak, un portavoz provincial, denunció que se trató de una operación militar unilateral previamente planificada sin coordinación con las fuerzas afganas. El gobernador de Laghman "ha nombrado una comisión de investigación", ha añadido. Entre las víctimas, señaló, hay niñas de 10 años.
Agencias Prensa MP EP AIP
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