miércoles, 9 de junio de 2010

ESPAÑA...YA ES HORA DE TERMINAR CON EL BLOQUEO A GAZA

Es hora de que al Gobierno israelí se le ordene que levante este bloqueo inhumano sobre Gaza | Como nos han indicado los pasajeros de la flotilla, depende de todos nosotros acabar con esta situación


Aunque la atención de los medios de comunicación se ha centrado en las consecuencias derivadas del acto de piratería de Estado en alta mar contra una flotilla de carácter humanitario, es esencial que no perdamos de vista las circunstancias que lo produjeron. Y estas consisten en más de tres años de cerco y bloqueo de un millón y medio de palestinos en la franja de Gaza, con un alto porcentaje de niños y jóvenes.


Valiéndose de su táctica favorita para amordazar a la prensa, que perfeccionó durante su ataque contra la franja de Gaza de 2008-2009 –ocultando a las víctimas subrepticiamente y por la fuerza–, Israel ha propagado incansablemente su versión de los acontecimientos que tuvieron lugar en el mar. Por consiguiente, dispuso de 24-48 horas para crear su versión de los hechos. Cuando los detenidos en el mar fueron finalmente puestos de libertad, salió a la luz lentamente la verdad; sin embargo, lo que ocurre en Gaza se halla sometido a un aluvión de informaciones engañosas propagadas por una disciplinada maquinaria de relaciones públicas a ambos lados del Atlántico.


Negando en efecto el carácter humano de un millón y medio de personas, los apologistas de Israel han calificado toda la franja de Gaza de "entidad terrorista", justificando de este modo todo tipo de maltrato contra su población civil. Han pintado Gaza como un auténtico paraíso de alimentos frescos, generosamente suministrados por las compasivas autoridades israelíes. De hecho, las autoridades israelíes sólo autorizan la entrada de una parte del tráfico de camiones empleado para el suministro de Gaza; la lista de lo que no es autorizado es larga y no observa una lógica aparente. Esta propaganda israelí contradice todos los informes objetivos sobre Gaza a cargo de distintos organismos de la ONU, diversas ONG israelíes e internacionales y gobiernos europeos. Estos informes dibujan el cuadro de toda una población privada de libertad, encerrada en una prisión a cielo abierto, a la que no se permite rehacerse de la devastación causada por el ataque israelí hace 18 meses y cuya economía e infraestructuras se hallan asfixiadas a consecuencia del bloqueo. Grandes cantidades de aguas residuales se vierten en el Mediterráneo por falta de medios de tratamiento ya que los repuestos destinados a la planta de tratamiento de aguas no pueden atravesar el bloqueo, el 90% de la población de la franja bebe agua contaminada porque la red de suministro tampoco puede ser reparada por la misma razón y lo propio puede decirse de la red eléctrica, muy afectada por la aviación israelí y que sólo puede ofrecer suministro de forma intermitente.


La economía funciona al 10% de su capacidad, la malnutrición y la anemia infantil se hallan extendidas y el impacto de vivir como una población rehén durante más de tres años se hace sentir por igual en niños y adultos. Ello equivale a un castigo colectivo de toda una población bajo una ocupación beligerante (que el acto de piratería de Israel ha demostrado que sigue vigente), constituye una violación de la Cuarta Convención de Ginebra y es un posible crimen de guerra. Esta última fue una de las conclusiones más importantes de la comisión encabezada por el respetado jurista internacional el juez Richard Goldstone. Tal debería ser la perspectiva de todas las personas que se sintieron paralizadas por las imágenes del último ataque de Israel contra el derecho internacional y el sentido común.


La responsable de Asuntos Exteriores de la UE, la baronesa Ashcroft, ha declarado abiertamente que este bloqueo es "inaceptable", al igual que el Gobierno francés y otros gobiernos. Ya es hora de que marquen el rumbo Europa y EE.UU., potencias de las que depende el Gobierno israelí, que no puede darse el lujo de abordar las cuestiones de forma tan arrogante y despótica como ha tratado a los pasajeros detenidos de la flotilla de ayuda a Gaza. La postura en el asunto no debería expresarse mediante otra declaración vacía u otra resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Ya existe una en el registro, la 1860 del mes de enero del 2009, que insta a Israel a levantar el bloqueo y a autorizar la ayuda humanitaria sin trabas ni restricciones.


Es sólo una de las numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que Israel viola de forma patente y manifiesta y que, como las demás, fue aprobada con la aceptación de EE.UU. Tras más de tres años de cerco a Gaza, es hora de que al Gobierno israelí se le ordene que levante este bloqueo inhumano en una fecha determinada. De no ser así, debería ser informado de que su Marina de guerra habrá de hacer frente no a una flotilla internacional de voluntarios desarmados, sino a una de buques de la OTAN en funciones de escolta de barcos mercantes con materiales de construcción, equipos médicos y maquinaria.


Y es hora de que las autoridades estadounidenses reiteren abierta y públicamente a los responsables de la seguridad en Israel lo que, de hecho, ya saben. Porque, por las propias acciones de su gobierno, "Israel se está convirtiendo gradualmente de una baza para Estados Unidos en un pesado fardo". Tales son las palabras del jefe del servicio de inteligencia israelí, el Mosad, el 1 de junio ante una comisión de investigación del Parlamento israelí, la Kneset, sobre este reciente fiasco en alta mar. Al hacer, una vez más, lo imposible Estados Unidos para evitar condenar a Israel, en señal de deferencia al lobby israelí, queda en ridículo ante el mundo entero, además de irritar a muchas personas en todas partes a las que importa y afecta que se pisotee a los palestinos.


El episodio, en consecuencia, debería servir de ocasión para acabar, de una vez por todas, con el cerco y bloqueo de Gaza, para que se ponga firmemente a Israel en su sitio por este último acto de violencia desproporcionada e ilegal y para que se preste seria atención a las condiciones necesarias para que exista una verdadera paz en Tierra Santa. Tal cosa es imposible mientras un millón y medio de palestinos se consumen en condiciones incalificables y mientras Estados Unidos y la comunidad internacional actúan como si no hubiera ningún problema. Han bastado el voluntarioso esfuerzo de los pasajeros de la flotilla y la torpe mordedura de anzuelo y absurda reacción de Israel en este asunto para que el mundo observara diáfanamente esta trágica realidad. Como nos han indicado los pasajeros de la flotilla, depende de todos nosotros acabar con esta situación injusta, ya que una paz duradera sólo puede ser instaurada sobre bases justas y equitativas.


Por Rashid Khalidi | Profesor 'Edwards Said' de Estudios Árabes de la Uni. de Columbia.

Agencias Prensa LV AIP JPMM
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